Espacio de opinión de Canarias Ahora
Buen provecho
El Gobierno canario no quiere que ningún niño se quede sin comer y por eso abrirá los comedores escolares en verano. Hace tiempo que un buen puñado come cada día gracias a los condumios que sirven en los colegios.
Los maestros se han cansado de denunciar que muchos llegan zombis por las mañanas, sin desayunar, sin haber ingerido ningún alimento, sin haber tomado un vaso de leche o de zumo, sin haber probado una mísera galleta.
La intención de Paulino Rivero y José Miguel Pérez es impecable. Sin embargo, les ha sobrado minutos a la oposición para poner a parir la idea. Los diputados regionales Maribel Oñate y Felipe Afonso han calificado de miserable el proyecto porque, según ellos, el presidente y el vicepresidente utilizan el hambre de los escolares de manera torticera y en su propio beneficio político.
Aquí no nos ponemos de acuerdo ni cuando hacemos la buena labor del día. Seguramente si Oñate y Afonso vieran a Rivero y Pérez ayudar a una viejecita a cruzar la calle pensarían que lo hacen con mala intención solo para beneficiar su imagen pública.
Chirría escuchar a dos diputados poniendo a caldo a los dos principales titulares del Gobierno con el subterfugio baladí de que la medida es insuficiente. El problema no es que esté mal lo que hacen ambos gobernantes, que además son docentes, uno maestro y el otro profesor universitario, por lo que algo sabrán del asunto. El problema es que, según los populares, la partida aprobada solo permite dar de comer al 8% de los escolares hambrientos.
Pero, aunque así fuera, ¿qué tiene de malo alimentar a ocho de cada cien niños pobres de Canarias? Que la medida sea insuficiente no la descalifica como buena idea. Es como si se censurara subvencionar una ONG porque siempre habrá pobres que no se beneficien de esas ayudas. O dejar de construir cinco centros de salud porque hacen falta quince.
Al menos el Gobierno autónomo se ha rascado el bolsillo y ha desviado una partida de poco más de un millón de euros para abrir en verano los comedores escolares. Además, contratará maestros que impartirán clases de inglés para no alimentar solo el estómago.
En todo caso lo que habría que hacer es buscar más dinero para dar de comer al restante 92%. Quizá los diputados populares podrían echar una mano convenciendo al Gobierno central para que también se moje apoquinando pasta como el regional.
En vez de protestar tanto, no estaría de más que arrimaran el hombro y no se opusieran por sistema. Por una vez que aciertan los gobernantes, los tildan de miserables. Efectivamente, no se puede ser más miserable.
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