Espacio de opinión de Canarias Ahora
¿Dónde están las buenas noticias?
Escribió el Nobel Saramago, en su magistral obra Las intermitencias de la muerte que “es fácil de entender, con un poco de imaginación será suficiente, que el puesto de trabajo de la muerte sea, por ventura, el más monótono de todos cuantos fueron creados desde que, por exclusiva culpa de dios, caín mató a abel”?
La muerte, desgraciadamente, nunca está en paro, aunque peque de monotonía; -por cierto, Saramago escribe Dios, Caín y Abel con todas las letras en minúscula, pero uno, que no es Saramago, recurre a la norma académica-...
Y continúa el magistral autor referenciado en sus reflexiones sobre la muerte que “Después de tan deplorable acontecimiento? la cosa siguió repitiéndose. Siglos, siglos y más siglos, reiterativa, sin pausa, sin interrupciones, sin solución de continuidad”.
Sin embargo, la muerte no es la mala de la película. La muerte es la consecuencia. Las causas de la muerte son las realmente entrópicas. Y son éstas en verdad el quid del problema. Además, la muerte tiene trabajo, o sea, que no podemos esperar que se muera por las consecuencias de la ausencia del mismo, tanto físicas como existenciales: ni de hambre ni de aburrimiento.
Curiosamente Canarias es, también de forma oficial, el lugar en el que la ciudadanía menos se muere dentro del conjunto del Estado: 653 muertes por 100 mil habitantes, frente a las 847 de la media estatal. Afortunadamente nos morimos menos anualmente; ahora bien, aquí el “quid” es otro: ¿cómo vivimos?... Los salarios más bajos, la cesta más cara de la compra, el paro registrado entre los más elevados del Estado por Comunidades Autónomas, nos dan la respuesta? Nuevamente, y para más Inri, según los últimos datos facilitados por el Ministerio de Trabajo el desempleo ha aumentado en Canarias, en febrero de 2010, 4.009 personas con respecto al mes anterior, lo que situó la cifra de desempleados registrados en 257.939 desempleados. Sigue la entropía.
Porque deberíamos vivir no sólo más, sino también mejor? ¿Dónde están, pues, las buenas noticias?; además, parece que incluso para algunos el que la esperanza de vida sea mayor en España y Canarias es la principal razón de la necesidad de aumentar la edad de jubilación para evitar el colapso del sistema, como si debiéramos vivir menos para no perder derechos sociales? Para algunos, las buenas noticias siguen sin deber ser noticia. Es este razonamiento un ejemplo de lo que se pretende que sea mas no debiera ser? Desde Kant, las contradicciones entre el ser y el deber ser se multiplican cada vez más en la realidad que percibimos. La entropía avanza, pues, sin freno en todos los órdenes, como si respondiese a un guión previamente escrito de antemano; mas un guión que aún podemos cambiar. Aunque en Canarias parezca el “más difícil todavía”.
José Carlos Gil MarÃn
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