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Cataluña, Baleares... ¿y Canarias?
El Parlamento de Baleares acaba de aprobar la implantación de una tasa turística. Se suma así a Cataluña, que la viene aplicando con éxito desde 2012 Y, asimismo, a numerosos países en todo el mundo, desde Francia y otros trece estados de la Unión Europea a Cuba, pasando por Estado Unidos, Túnez, Egipto, Marruecos, Dubai, Islas Maldivas, Tailandia, Rusia y Japón.
Comenzará a aplicarse el próximo 1 de julio, en plena temporada alta. Y oscila entre 0,25 y dos euros por noche de estancia, aplicándose a los visitantes mayores de 15 años y en función de la categoría del establecimiento hotelero y extrahotelero, así como incluyendo a establecimientos de alquiler vacacional.
El Gobierno balear calcula que supondrá a la comunidad unos ingresos anuales de unos 80 millones de euros. La idea inicial es destinar lo recaudado al impulso del turismo sostenible y a la conservación de los espacios naturales.
Baleares tiene un modelo de turismo de masas, de sol y playa, muy parecido al canario. Comparte similares países de origen y parecidos turoperadores y empresas hoteleras. El turismo tiene más presencia en el conjunto de su Producto Interior Bruto (PIB) que en el caso canario. Junto con Cataluña suman la mitad de los turistas que recibe el Estado español.
Comparte incluso la presencia del PSOE en su Gobierno, aunque en el caso del Archipiélago mediterráneo presidiendo su Ejecutivo. Sin embargo es bien diferente la posición de sus dirigentes en uno y otro lugar en torno a la tasa turística. En Canarias, callan o se suman a las posiciones conservadoras de CC contrarias –igual que el PP y la patronal- a la implantación de la misma. En Baleares la han impulsado de forma decidida desde el Ejecutivo que preside la socialista Francina Armengol y que apoyan otras formaciones progresistas.
El Producto Interior Bruto turístico alcanzó en Baleares los 12.003 millones de euros en 2014, un 2,9% más que el año anterior, lo que supuso el 44,8% de su economía. Por segundo año consecutivo, la actividad turística se situaba por encima de los niveles previos a la crisis económica.
31,4% del PIB canario
En el caso canario, supone el 31,4% del PIB y el 36% del empleo. Pero a pesar del excelente comportamiento del sector en el período reciente los datos indican que ni puede solucionar todos los problemas del Archipiélago ni ha generado el empleo esperado.
Durante 2007 (con 11,5 millones de visitantes) en las Islas se facturaron 10.500 millones de euros en el sector turístico y había 116.550 afiliados a la Seguridad Social en hostelería y agencias de viajes. En 2015, con 13,2 millones de visitantes, la facturación superó los 14.000 millones mientras que los efectivos en la Seguridad Social eran 127.436.
Por tanto, la afiliación, en esa etapa, aumentó un 9,34% mientras que la facturación lo hizo en torno al 40%; lo que evidencia la escasa correlación entre aumento de turistas y generación de empleo. Además, se hace en un marco de peores condiciones laborales, como se visualiza de manera evidente, pero no exclusiva, con el caso de las camareras de piso.
Canarias no tiene especiales problemas con relación a la demanda. Los déficits se encuentran en la oferta, con aspectos como la obsolescencia de parte de la planta y de las ciudades turísticas, así como la diversificación y calidad de determinados servicios.
Algunos, sin tener en cuenta los riesgos y la experiencia vivida, apuestan por un modelo basado en el incremento de la cantidad y hablan de llegar a los 20 millones de turistas. Para ello tramitan un proyecto de ley que elimina cualquier límite al crecimiento sobre suelo calificado. Un modelo que supone más infraestructuras (puertos, aeropuertos y carreteras), mayor consumo de agua y de energía eléctrica, problemas vinculados a la recogida y tratamientos de residuos, así como otros que afectan a los servicios públicos o la seguridad. Sin olvidar el impacto sobre la comunidad local y sobre el medioambiente.
Nuestro modelo es otro. Coincidimos con la UE, que defiende un turismo sostenible, aliado del territorio y del medioambiente; y con Exceltur, que propone “ir rompiendo el paradigma, demasiado instalado en ámbitos públicos y a veces también privados, de que la medida del éxito turístico es el número extra de turistas extranjeros que vengan al país, en lugar de su calidad”.
En efecto, se trata de elevar la calidad y el gasto que los turistas realizan, para generar más empleo y que este sea estable y de calidad; y mejorar, también, la relación entre la facturación que se hace en origen y en destino; en Canarias es ya del 70% en los países de origen y solo del 30% en nuestra tierra.
Tasa turística canaria
La tasa turística, que viene defendiendo Nueva Canarias puede contribuir a la mejora de la calidad y de la competitividad del destino. Mediante la renovación de los espacios públicos de las ciudades turísticas obsoletas, así como la formación de sus profesionales, la protección del patrimonio medioambiental y la promoción exterior. Contribuyendo, además, a la generación de empleo. Calculamos que generaría unos 100 millones de euros anuales para estos u otros fines a determinar.
El Ejecutivo canario estima en 1.400 millones de euros lo que se requiere para modernizar nuestras ciudades turísticas y destina en los presupuestos 15 millones este año, lo que llevaría a un proceso de un siglo para llevarlo a cabo.
No podemos volver a repetir el grave error del pasado: el desarrollismo sin límites. Debemos pensar en el futuro, no en la coyuntura. No podemos centrarnos en la cantidad. Sí en la renovación de la planta obsoleta y la adecuación de las ciudades turísticas degradadas. En el empleo cualificado. En la incorporación de planta nueva con ritmos de crecimiento y máxima calidad turística, sobre suelo clasificado y urbanizado, sin ocupar más territorio y siendo respetuosos con los respectivos planes y modelos turísticos insulares.
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