Desconfianza

Repito que dejo para los expertos y los políticos la valoración del paquete de Rajoy e insisto en su absoluta falta de escrúpulos al crear expectativas que han resultado falsas en la carrera hasta La Moncloa.

En el Congreso trató ayer el Gobierno y su partido de vender la moto de que no querían subirlos, que les obligó la situación que se han encontrado; lo mismito, oye, que alegó Zapatero cuando le dio la ventolera liberal y se apartó de su programa. Tal para cual. Pero a lo que iba: vienen a decir y han dicho los peperos que los psocialistas los engañaron al transferirles el poder. Como yo no estaba allí, no puedo negar ni afirmar nada, pero sí hacerles ver que una subida de impuestos (en general, cualquier medida de trascendencia económica y social) viene precedida del análisis previo de sus consecuencias, de su oportunidad, de su suficiencia, etcétera. Es decir, de una reflexión profunda que mida el alcance de lo que se va a hacer.

Quiero decir, en fin, que no nos chupamos el dedo. Los preparativos de un paquete de este tipo requieren más tiempo que los escasos seis días que tardó el Gobierno en decidir la subida; la que descartara el presidente en la investidura para desnegarse, como dicen los isleños de tierra adentro, en el primer Consejo de Ministros. Quienes crean en la sinceridad de Rajoy y que fue la información posterior lo que le hizo cambiar, habrán de reconocer que fue una improvisación; o admitir que no hubo tal improvisación y que todo estaba estudiado y decidido de antemano y lo ocultaron para no perder votos. O es un irresponsable que actúa sin reflexión previa o hubo deliberación en el engaño al electorado. Que cada cual elija lo que mejor le cuadre.

Ahora dice el PP que no tocará el IVA. Pero están cerca las elecciones andaluzas y visto lo que acabamos de ver, lo mejor es desconfiar para que no se nos quede cara de bobo cuando tras los comicios le manden para arriba.