Espacio de opinión de Canarias Ahora
Despedidas del Hospital Universitario de Canarias
En 1971 un grupo de médicos jóvenes inauguraban el Hospital General y Clínico de Tenerife poniendo las bases de lo que hoy es el HUC. Muchos de ellos ahora, y en aplicación de la Ley General de Presupuestos de Canarias, son jubilados forzosamente por los criterios del Gobierno de Canarias al tener 65 años cumplidos. De nada han servido las peticiones de mantenerse en sus puestos de trabajo públicos, ofertando sus servicios al estar en plenas capacidades laborales y dando cobertura sanitaria a nuestra población, en plena crisis asistencial. Nuestros políticos han decidido que se marchen a sabiendas que todos ellos reclamarán judicialmente y serán indemnizados económicamente, con dinero de todos, como siempre, pues la jurisprudencia parece clara a decir de los servicios especializados consultados. Ya han sido notificados, desde la Gerencia, en su cese laboral a fin de mes.
Tras más de 40 años de profesión médica, este grupo de facultativos se marchan por la puerta pequeña. De nada sirvieron sus servicios prestados a la comunidad, de la edificación, crecimiento y consolidación en la calidad del hospital del que formaron parte y crearon su historia. Es cierto que antes ya se han marchado otros, por cuestiones de edad, pero en esta ocasión, aquel núcleo que abrió las puertas y consolidó un proyecto sanitario, se marcha conjuntamente; y eso se nota porque son docena. Especialistas como Pedro Rodríguez, Alfredo Martín, Ángeles Zaera, Rosa Colino, Julio Vega, Guillermo de la Barreda, Dolores Gómez Etreros, Ángel Noguerales, Carmen Cortabarría, José Casañas y otros más, se despiden del centro que forjaron con su trabajo.
Lo extraño de la situación es que otros no se van. Solo han aplicado la ley a los estatutarios del Servicio Canario de Salud, no así a los laborales ni a los profesores de la Facultad vinculados con plaza asistencial. Por tanto, discriminan, no hay equidad y por ello, tampoco justicia. ¿Por que a unos sí se les permite mantenerse en sus plazas asistenciales hasta los 70 años y a otros no? ¿Podría incurrirse en algún tipo de prevaricación a sabiendas de que posiblemente tendrán que indemnizarlos a todos y en contra de las recomendaciones de los juristas del Consejo Consultivo de Canarias? Tras la notificación de cese laboral han hecho constar que no están de acuerdo, lo que motivará pleitos judiciales.
Las formas que emplean los gobernantes en relación con los ciudadanos, trabajadores públicos en este caso, son poco elegantes, despóticas y hasta miserables. Porque un individuo que ha trabajado para una institución pública durante más de 40 años no merece el trato impersonal, frío y distante de recibir una carta anunciando su cese en el plazo de un par de semanas. Ningún agradecimiento, ninguna despedida cercana a sus años de trabajo y desvelo por los pacientes de estas islas. Y es que estos personajes que nos dirigen, Directores Médicos, Gerentes, Directores de Recursos Humanos, Directores del Servicio Canario de Salud, Consejeros de Sanidad y hasta el mismo Presidente del Gobierno, son de una mediocridad y mezquindad humana sin parangón. No tienen conciencia del respeto que se le debe a empleados públicos que han engrandecido, con sus aportaciones personales, mucho de lo que hoy es y somos en la sanidad de Canarias; esa sanidad de la que luego alardean y se vanaglorian por lo bien que la gestionan.
Este escrito pretende ser un homenaje no solo a los médicos del HUC sino a los que jubilan forzosamente del Hospital de La Candelaria, del Negrín, del Insular, de todos los centros de La Palma, Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria, Tenerife, La Gomera, El Hierro, de especialistas y médicos generales que, en un total de 149 dejarán de trabajar diariamente para la sanidad pública. Más crisis y precariedad añadida a la sanidad que soportamos con la ausencia de tantos profesionales. Veremos próximamente cuantos contratos nuevos se pondrán en marcha para paliar esta ausencia masiva de sanitarios. Yo auguro que serán muy pocos y seguirá resintiéndose más y más la sanidad Pero para los políticos no existe la crisis, no la viven desde su privilegiado mundo, desde su burbuja. Ellos están por encima de todo eso.
Por ello, a los políticos, cargos directivos y de gestión de la Comunidad Canaria, mi desprecio personal por como “dirigen”esta malherida sanidad que soportamos los habitantes del archipiélago y el trato que le dan a sus empleados.
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