Insultos a Catalunya

La derecha española, en realidad extrema derecha en comparación con las derechas del resto de Europa, sigue anclada en la caverna. Los hechos que se están sucediendo demuestran una vez más la falta de sensibilidad hacia una España plurinacional, y la permanente imposición del pensamiento único, España es una unidad de destino en lo universal y un huevo para ocho. Las últimas encuestas están cuestionando la representatividad de las instituciones del Estado español, y el creciente descrédito de los dos partidos mayoritarios españoles, el PP y el PSOE, que han perdido credibilidad entre los votantes, mientras que Izquierda Unida y UPyD siguen escalando posiciones paulatinamente pero de forma constante. Mientras todo esto sucede, el sentimiento independentista crece fundamentalmente por los ataques de la derecha castellana, españolista, a Catalunya y Euskadi. Incluso un socialista como Gregorio Peces Barba, en paz descanse, se permitió cachondearse del pueblo catalán, aunque luego reconoció su error. El derecho a la autodeterminación, recogido por la ONU y el Derecho Internacional, no existe en España, y las declaraciones hasta de muchos “progres” son constantes poniéndole piedritas en el camino a las otras naciones de España. Incluso ya se ha hablado de una posible intervención del Ejército en el caso de una separación de algún territorio del Estado español.

La prensa española cavernícola hecha serpientes, vómitos, amenazas, insultos, de una forma preocupante que aumenta más el sentimiento independentista de otras nacionales del Estado español. Estoy convencido que Artur Más no va a cometer el error de proclamar el Está Catalá en la plaza de San Jaume, o en el Parlament de Catalunya en sesión solemne. No hará eso. Pero si estoy convencido que si los catalanistas siguen sumando fuerzas, si un día hay dos millones de manifestantes en Barcelona pidiendo la independencia, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo, y la Unión Europea, incluida la prima de riesgo y el bono diferencial alemán, le van a decir al PP y al PSOE que midan los pasos que dan y que les pongan a los fusiles del Ejército español claveles y rosas. Está claro que el ministro Wert es un peligro. Por eso Rajoy debe contenerlo y ponerle una orquídea en la boca no sea que también vaya a perder Castilla, que por cierto ahora no tiene salida al mar.