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Lapas canarias

Rodrigo Riera / Rodrigo Riera

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En Canarias existen 4 especies de lapas, la lapa “curvina” o “lapa burro”, la lapa majorera, la lapa negra y la lapa blanca. La lapa curvina es la que se encuentra en el horizonte superior del intermareal, y es la única que no se marisquea por la dureza de su carne y sabor mediocre. La lapa majorera sólo se encuentra representada por pequeñas poblaciones en la isla de Fuerteventura y unas decenas de ejemplares en el islote de Lobos. Se encuentra al nivel de la banda de tamalo o “sacabocado” del intermareal, y es muy apreciada por su sabor y fácil recolección. Esta lapa se encuentra protegida y su extracción está penalizada por la ley porque se trata de una especie cuyas poblaciones se encuentran regresión alarmante durante la última década.

Las otras dos lapas, la lapa negra y la lapa blanca, se encuentran en el intermareal y el submareal somero, a poca profundidad. Debido a la presión marisquera en muchas zonas del litoral canario, sólo es posible localizar ejemplares de estas especies debajo del agua, a varios metros de profundidad. Por esta razón, muchos mariscadores las denominan “lapas de fondo” ya que es necesario ir provisto de gafas y tubo para poder acceder a ellas. Estas dos especies de lapas se diferencian mirándoles el “pie”, es decir, dándole la vuelta a la concha comprobaremos el color más claro de la lapa blanca en comparación con la lapa negra, aunque también se diferencian por el tipo de concha que tiene. La lapa blanca presenta más escotaduras o “costillas”, con un borde más irregular y se trata de una concha más pesada, por presentar un grado de calcificación mayor.

Las diferencias entre estas dos especies son mínimas porque nos podemos encontrar con ejemplares híbridos, es decir, procedentes de una lapa negra y una lapa blanca, con características intermedias. Además, también es frecuente observar diferentes ecotipos de la misma especie. En otras palabras, una lapa negra cambia de morfología dependiendo del hábitat en el que se encuentre, así por ejemplo, en una rasa costera nos encontraremos una lapa “típica”, pero en un callao, esta lapa tiende ser más chata y más ancha, mientras que en zonas más expuestas es posible observar ejemplares más altos y con menor diámetro.

Una de las preguntas que mucha gente se hace es si las lapas se mueven. La respuesta es SÍ, es necesario que se desplacen para poder alimentarse de las algas que comen, si fueran estáticas impedirían el crecimiento de algas debajo de ellas y no podrían alimentarse. Las lapas se mueven alrededor del sitio donde permanecen inmóviles durante la marea baja ya que necesitan agua marina para sobrevivir. Por esta razón, cuando la marea baja se “pegan” al sustrato y evitan desecarse. En los períodos de marea alta, donde la lapa se encuentra sumergida en el agua, se desplaza alrededor para ramonear las pequeñas algas que tapizan las rocas. Uno de los hechos más sorprendentes es que las lapas se caracterizan por haber desarrollado lo que denominan los ingleses el fenómeno de “homing”, es decir, las lapas vuelven a colocarse exactamente en la misma posición durante la marea baja. Si observamos de cerca el perfil de la concha de una lapa observaremos que crece acorde a las irregularidades del sustrato y su posición “encaja” perfectamente con el lugar donde se encuentra.

¿No han visto de cerca el perfil de una lapa con el sustrato? ¿Cómo son las líneas de crecimiento de la concha de una lapa? ¿Qué son las costillas de la concha de una lapa? ¿Qué nombre recibe la altura máxima de una lapa?........pásense por aquí

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