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¿Por qué tanto lío con la Ley de Costas?

Rodrigo Riera / Rodrigo Riera

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Vamos a poner un ejemplo para ver si lo entendemos mejor. Imagínense que una familia monta una tienda de campaña en una plaza pública, por ejemplo, la Plaza Weyler en Santa Cruz de Tenerife o en la Plaza Mayor de Santa Ana en Las Palmas de Gran Canaria. Se instalan y cuando se acercan los transeúntes curiosos y los vecinos de la zona a preguntarles comentan que sólo pasarán esa noche. Al día siguiente, siguen allí y permanecen todo el fin de semana y luego toda la semana porque le gustan las vistas que tienen desde ese hogar improvisado. A la semana siguiente, sus amigos montan otra caseta porque quieren estar con ellos los fines de semana y además aprovechan para poner unos toldos y un cuarto de baño. Semana tras semana, se va convirtiendo en un campamento que llega a tener algunas viviendas hechas con bloques que han traído unos amigos durante el fin de semana. Luego traen los generadores de electricidad para poder quedarse todas las noches a cocinar, ver la televisión, etc. Un día, uno de ellos, se pone en contacto con la Administración de turno y protesta porque no tienen ni luz ni agua potable, y después de unas reuniones las empresas autorizadas les suministran estos servicios. Ya tenemos un poblado.

Este proceso ocurre en muchos puntos de la geografía española, traten de visualizar un campamento de este tipo en 1 ó 2 plazas por cada una de las ciudades o pueblos de nuestra geografía. ¿Se lo imaginan?

Ahora traslademos todos esos campamentos a la orilla del mar, aprovechen para fijarse cuando vayan a una zona costera y seguramente alcanzarán a ver alguno de estos núcleos. Todo esto hubiera seguido creciendo de forma descontrolada a lo largo del tiempoy, por esta razón, el Estado redactó la llamada Ley de Costas en 1988.

¿Qué regula esta ley? Entre otros fines, garantiza el uso público, lo repito PÚBLICO del mar, ribera y dominio marítimo-terrestre. Ahora viene el gran problema, la mayoría de estas viviendas se encuentran en este dominio y por tanto, en un sitio público, es decir, que todos nosotros podemos acceder a él y tenemos los mismos derechos que los propietarios de esas casas a disfrutar de estas zonas. ¿Qué ha ocurrido entonces?

En algunos casos, la aplicación de esta Ley de Costas ha permitido que se hayan derruido varios poblados costeros en Canarias. En otras zonas se ha llegado a acuerdos o a soluciones alternativas y se han construido paseos marítimos para permitir el acceso de los ciudadanos a la costa. Pero existen hoteles, urbanizaciones y otras construcciones dirigidas hacia usuarios con un poder adquisitivo medio-alto en los que se prefiere mirar hacia otro lado, como si no existieran.

¿Por qué? ¿No están en territorio PÚBLICO? ¿Por qué son recintos privados con acceso restringido si se encuentran en una zona que POR LEY es accesible para TODOS los ciudadanos?

www.rodrigoriera.blogspot.com

Rodrigo Riera

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