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¿Te pillé, Hidalgo?

Beatriz Correas

Nuestro querido alcalde y sus socios han repetido, hasta la saciedad, que la intervención fue una farsa y no demuestra, en ningún momento, incumplimiento de contrato y, que por eso, hay que pagar. Y así lo están haciendo.

Pues bien, que alguien me explique entonces las declaraciones que nuestro alcalde hace al Canarias 7 (29 de septiembre de 2016) en donde dice, entre otras cosas, que es necesario un reglamento de vertidos y, cito textualmente:

“… Y en esta fase del ciclo integral del agua, el control de lo que los ciudadanos vierten a la red de alcantarillado, hasta ahora es inexistente”.

Pues sí, amigos, no hay reglamento de vertidos, se acaban de dar cuenta. ¡Normal! ¿Cómo puedes reglamentar algo que desconoces? ¿Sabe el señor alcalde cuántos tipos de vertidos hay? ¿Qué niveles de contaminación tienen? ¿Dónde se vierten? ¿Qué y en qué proporción de contaminación vierten las empresas? ¿Y los que no utilizan el agua de abasto pero sí el alcantarillado?

Está claro que si el control de vertidos es inexistente es, precisamente, porque nadie lo controla. Y ¿A quién le corresponde? Adivinen... a Emalsa.

En el año 97, se elaboró el Informe Propuesta para la gestión de los servicios municipales de saneamiento y depuración de aguas residuales de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria (IP97), que es el que regula la gestión y la contraprestación económica del servicio público de saneamiento, tal y como indica el acuerdo de 16 de febrero de 1998 firmado por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y la empresa Emalsa.

En dicho informe (anexo II), nos habla de los cuatros pilares principales de la gestión de la explotación del alcantarillado, siendo el primero de ellos el control.

Vamos a analizar, a continuación, el compromiso que adquiere EMALSA para realizar el control de vertidos.

Detectar los tipos de vertidos que se producen y su grado de contaminación.

Emalsa, y cito textualmente, propone sectorizar a los abonados por cuencas de vertido y llevar un control de balances en cada una de ellas de forma similar a la realizada en la distribución de agua, conjuntamente con la actuación de 1 ó 2 equipos de localización de vertidos e infiltración, los cuales actuarían regularmente en horarios nocturnos y diurnos.

CARTOGRAFÍA: Asimismo, se realizaría el levantamiento cartográfico correspondiente con el inventario de pozos de registro y elementos de la red, que se mantendría permanentemente actualizada y a disposición de los Servicios Municipales.

Para realizar este servicio se estima un coste del 5% del importe que el ayuntamiento le paga a Emalsa anualmente (unos 4.800.000 euros), con lo que, se supone, Emalsa ha destinado 240.000 euros anuales al control de vertidos.

Esto supone, partiendo de 1998, un total de 4.320.000 euros facturados y pagados a Emalsa por un control de vertidos inexistente

Y no lo digo yo, lo dice D. Augusto Hidalgo Macario, alcalde de Las Palmas de Gran Canaria y presidente del consejo de administración de Emalsa.

Ahora juzguen ustedes, si hay, o no, incumplimiento de contrato.

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