La sentencia de La Mareta, pagada como si fuera una factura del plan de proveedores, va a traer cola, como les venimos diciendo. El Partido Socialista no parece resignado a mirar para otro lado, como en apariencia están haciendo otros partidos políticos con representación municipal. Se trata de una gestión por la que se le resuelve un problema de calado a un empresario muy importante, Ambrosio Jiménez, el promotor de centros comerciales como el de Alcampo o el de El Mirador. Hombre hecho a sí mismo, es quizás el máximo exponente de colaboración con todos los partidos políticos en aquellas ciudades donde ha establecido sus reales, como es el caso de Telde. Si el Ayuntamiento hubiera aplicado el convenio de pagos que firmó con él, la devolución de sus 13.2 millones de euros estaría siempre supeditada a la capacidad de tesorería de la corporación, pero metiéndolo en el plan de facturas, el empresario tejedense ha conseguido una importante inyección de tesorería que en los tiempos que corren es como el maná para las empresas. No contaba Ambrosio con que el amaño fuera a tener algún detractor porque personalmente se ocupó de hablar con todas las fuerzas políticas con capacidad de veto. Incluido el PSOE. Pero cuando vio que los socialistas podían aguarle la fiesta, logró constituirse, ni corto ni perezoso, en el congreso regional de Adeje con el propósito de que lo recibiera Rubalcaba. Según cuenta él mismo sin que nadie en el PSOE lo confirme, Rubalcaba llegó a atenderle unos minutos, los suficientes para pedirle que dijera a sus muchachos de Telde que le dejaran transcurrir por los senderos habituales. Como solo tenemos la versión del empresario y la actuación irreductible que sigue manteniendo el PSOE teldense, mucho nos tememos que Rubalcaba no le hizo puñetero caso. Porque a José Alcaraz, el portavoz socialista en Telde, nadie le ha ido con indicaciones de ningún tipo.