El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Antona: “A mí la Legión”
El calendario laboral tiene sus cosas buenas. Que se acerque un periodo vacacional parece diseñado a la medida de muchos currantes de la política necesitados de un parón temporal que les permita, entre la burrita y la resurrección, reponer fuerzas y renovar discursos. Hay muchos políticos canarios en ese trance, y en las últimas semanas hemos referido aquí episodios que lo demuestran: la Ejecutiva Insular del PSOE de Tenerife en pleno, José Miguel Bravo de Laguna, Carolina Darias, Rafael Yanes, Enrique Hernández Bento… son algunas personalidades a las que recomendaríamos un reseteo total en esta próxima semana santa. Añadimos, cómo no, al secretario general del PP canario, Asier Antona, últimamente dado al remate a botepronto sin mirar para la portería. Esta semana se ha vuelto a cubrir de gloria dando autenticidad a una sospecha de Izquierda Unida sobre un hipotético establecimiento de una base de la OTAN en el acuartelamiento El Fuerte, de Breña Baja, en base a unos síntomas poco fundados que el líder pepero no quería desaprovechar. Antona se mostró de inmediato “encantado” con la idea, muy en sintonía con la unanimidad política palmera, contraria al desmantelamiento de ese histórico cuartel de adiestramiento, muy vinculado a la vida social y económica de la isla. Pero, en su afán por apropiarse de la noticia no fuera a serle birlada por los rojos irredentos de IUC, olvidó la debida prudencia y se tropezó con una tarascada de las de Juan Fernando López Aguilar, que reprochó a Antona su ignorancia (sic). La respuesta del palmero fue aún más torpe que las primeras declaraciones, reprochar al PSOE que haya sido bajo un gobierno socialista cuando se firmara la integración de España en la estructura militar de la Alianza Atlántica, olvidando la existencia de un referéndum y la postura de su propio partido. Por lo tanto, nos hemos quedado sin saber si a Asier Antona le apetece o no que un destacamento de la OTAN siente sus reales en La Palma o, por el contrario, es detractor de nuestro ingreso en la Alianza Atlántica y lo que quiere es que el acuartelamiento El Fuerte no sea desmantelado por el Gobierno del Partido Popular, del que es secretario general en Canarias.
El reforzamiento militar de Canarias
Los patinazos de Antona nos sirven de excusa para repasar lo que está haciendo el Ministerio de Defensa con las Islas Canarias, ahora que volvemos a estar de moda gracias a las preocupaciones nacionales por la seguridad frente a las inestabilidades africanas y el empeño del mismo Gobierno que patrocina al señor Antona por imponernos el petróleo precisamente entre el Archipiélago y el continente. Puede que los temores de Izquierda Unida de una base de la OTAN se fundamenten en el reforzamiento de la seguridad archipielágica que anuncian diversos voceros, tanto políticos como militares. Publicaciones nacionales como el conservador El Confidencial Digital dan por sentado que, entre otras acciones, se trasladará a Canarias el Regimiento de Caballería Ligero Lusitania número 8, con sede en Valencia, que se instalaría en Fuerteventura para cuidar las plataformas de Repsol para regocijo de las autoridades asamblearias locales (de Asamblea Majorera, aclaramos), lo que obligaría a ampliar los actuales acuartelamientos del Regimiento Soria 9 y frustrar por lo tanto la construcción en aquellos solares de los nuevos edificios judiciales. No se puede tener todo, como diría el pesimista. El caso es que todo hace pensar que el petróleo vendrá acompañado de más despliegues militares y sus correspondientes desembolsos económicos de dinero público, y mientras en La Palma se lamenta la reducción presupuestaria para mantener abierto El Fuerte, en Fuerteventura (paradojas incluso sonoras) tendrán que cargar con un acuartelamiento que nadie ha solicitado. Sino más bien todo lo contrario. La prensa conservadora, que este mismo viernes rescataba del baúl de los recuerdos la reclamación marroquí sobre Ceuta y Melilla para tapar los escándalos de caja B del PP, parece encantada con el resurgir de la España militarizada.
Indignación pepitiana con el Parlamento
Es imposible guardar el debido silencio respetuoso tras el fallecimiento del editor, director y propietario del periódico El Día porque sus herederos intelectuales insisten pertinazmente en hacer ruido. Con todo el derecho del mundo publican estos días hasta los telegramas de condolencias recibidos por la muerte del prócer, y proclaman su legado a los cuatro vientos jurando por su honor que no flaquearán en el empeño por perpetuarlo por los siglos de los siglos. Son muy libres de hacerlo, pero han de incluir en el lote las discrepancias que tales decisiones llevan aparejadas, por ejemplo, que nos sigamos ocupando aquí de esas herencias pepitianas. Una de ellas la pudimos apreciar este viernes de modo descarnado: los editorialistas de cabecera reprocharon crudamente al Parlamento de Canarias que no haya guardado un minuto de silencio solemne por la desaparición del editor tinerfeño. El reproche, cómo no, estuvo acompañado de un amplio relicario de improperios hacia la Cámara regional canaria y sus integrantes, lo que seguramente servirá de estímulo para que todos ellos se decidan ahora a algún tipo de tributo. Conviene recordar, como así han hecho los editorialistas herederos, que el Parlamento de Canarias produjo en su día un duro pronunciamiento oficial deplorando la línea xenófoba que el periódico ejecutaba a través de sus editoriales. Su modo de atacar a Gran Canaria y a los grancanarios no concuerdan precisamente con la visión integradora y regional que el parlamento está obligado a representar. Por lo tanto, sería una incongruencia inadmisible que el mismo Parlamento guardara un minuto de silencio en memoria de quien motivó aquella recusación pública. Aprovechamos para recordar a Nacho González que aquella acción no fue producto de las diferencias de don José con don Paulino, como muy astutamente deslizó en su artículo laudatorio del jueves, sino por sus burradas contra los inmigrantes.
Forzando primarias socialistas en Gran Canaria
Continúan los movimientos de la gente más renovadora de las bases socialistas en Canarias en la búsqueda de gestos que pueden contribuir a recuperar la ingente cantidad de votos perdidos y la erradicación del desencanto generalizado con las siglas. En Gran Canaria, nucleados en torno a Bases 2020 y a otros movimientos renovadores, un grupo de jóvenes militantes se han conjurado para forzar primarias al Cabildo de Gran Canaria tras conocer que existe un acuerdo en la cúspide para que el candidato oficial sea Ángel Víctor Torres, que desplazaría a la actual portavoz insular, Carolina Darias, a la candidatura al Ayuntamiento de la capital, todo ello esquivando la consulta a la militancia y a al simpatizancia. Aseguran disponer ya de una candidata con un perfil muy atractivo dispuesta a remangarse en unas primarias, al tiempo que aseguran que el nada tapado Gabriel Corujo, postulado ya a la alcaldía de Las Palmas de Gran Canaria, no cederá ante las insinuaciones de la dirección local de llegar a un acuerdo para que desista. ¿Y en Tenerife? Ay, en Tenerife la cosa está todavía más divertida porque las encuestas que maneja la oficialidad no colocan precisamente a los oficiales con mando en plaza en lugares ventajosos. Dicen los malvados del lugar que las encuestas propias sitúan a Paco Spínola como el cuarto en las preferencias de los ciudadanos. Y de Yanes y Fumero, mejor no hablar.
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