La Seguridad del Estado español está por encima de cualquier necesidad sobrevenida de uno de sus contribuyentes. Aunque el apretón lo sufra un anciano inválido, acompañado de su hijo, para renovar -por fuerza, y no por gusto- su carné de identidad. Sucedió hace pocos días en la 'Supercomisaría' de la Avenida Marítima. El señor de avanzada edad, al que le falta una pierna, sintió urgencia de ir al baño, su hijo preguntó por los servicios y le dijeron que en las zonas públicas no había retrete. Sorprendido, el ciudadano formuló la queja correspondiente y la contestación no pudo ser más desalentadora: “Lamentamos las molestias que se le hayan podido causar con motivo de su visita a estas dependencias para la solicitud del DNI, pero lo cierto es que efectivamente en estas dependencias no hay baños públicos por motivos de seguridad, como VD puede muy bien comprender”.