A nivel local suenan más hediondas las afirmaciones de Asier Antona, secretario general del PP canario, culpando de todos los males del incendio a Casimiro Curbelo, presidente insular de La Gomera, por haber dado por controlado el fuego antes de tiempo al bajar de nivel 2 a 1 el dispositivo contraincendios justo antes de que entrara una fuerte ola de calor en las Islas. Pero lo que realmente ha dañado la imagen del Ejecutivo de Mariano Rajoy ha sido esa actitud indolente, pasota, señoritinga y de se las arreglen solas del ministro de Agricultura y todo eso más, Arias Cañete, de obligaciones gubernamentales ¡en los toros! mientras España ardía por varios costados, también con muertes en el Levante. A Cañete no le ha quedado otro remedio que sacar la artillería pesada y arremeter con la cantinela soriana de la semana pasada de que Canarias pide tarde y mal ayuda estatal, pero miente como un bellaco cuando responde en la Península, para quedar bien, que su Gobierno, a través del ministro Soria, ha estado en permanente contacto y coordinación con el Ejecutivo autonómico. Mentira cochina: lo niegan de forma tajante el portavoz, Martín Marrero, el consejero González Ortiz y hasta el presidente Rivero en entrevista a Público. Soria, ni está, ni se le espera, no le vayan a preguntar por sus vacaciones en un hotel ilegal de Lanzarote...