Hay cantera

El debate entre los tres candidatos a las primarias del PSOE canario no entusiasmó al respetable. Pero hay que admitir que no toda la culpa fue de los debatientes: el formato impuesto no daba juego ninguno ni permitía la más leve confrontación de ideas, por otro lado bastante parejas en lo ideológico y no tanto en lo ejecutivo. Ninguno de los tres cumple con el perfil clásico hasta ahora comúnmente aceptado del candidato carismático, sobradamente preparado y de larga trayectoria política. Un prócer que dirija a este pueblo atribulado hacia la felicidad. Pero sería injusto decir que no están capacitados al menos para intentarlo como lo intenta un debutante en la selección de fútbol o un cirujano en su primera intervención. Por lo tanto, hay cantera, y todo dependerá del equipo del que se hagan acompañar en la aventura. Un nada científico sondeo entre las personas que lo vieron en su totalidad o en gran parte no aclara nada en absoluto sobre quién ganó el debate. Desde luego si fue por echarle pasión, la que ha puesto en sus notables intervenciones parlamentarias Patricia Hernández, ésta fue la ganadora. Si se evaluara, en cambio, el rigor programático y la adaptación a Canarias de los postulados genéricos que ha ido enseñando la nueva Ejecutiva de Pedro Sánchez, Carolina Darias se llevó el gato al agua. Pero fue Gustavo Matos, sin embargo, el que tuvo la habilidad de combinar todas esas cualidades y lanzar guiños inequívocos propios del que –al menos entre los presentes- es el más experimentado en tareas de gobierno. Aunque imploraba machaconamente que soñemos Canarias, igualó en realismo a Carolina Darias con propuestas al menos sobre el papel realizables, lo que dejó en ocasiones a Patricia Hernández en un discurso más cercano a Podemos que a otra cosa. A los tres se les notó, sin embargo, un marcado empeño por agradar hacia la izquierda y por recuperar todo ese inmenso caudal de votos perdidos por derivas liberales o cobardía política. Pero para ocupar ese espacio mucho nos tememos que tendrán que esperar a que baje el suflé de Pablo Iglesias. Mientras tanto, ya pueden darse con un canto en los dientes si los tres o cualquiera de los tres, juntos o por separado, consiguen superar levemente los niveles electorales de 2011. Las encuestas conocidas hasta ahora, ninguna de ellas con expresa mención a candidato alguno, no son para echar las campanas al vuelo, pero tampoco conducen al pesimismo.

Uniforme de campaña

Los tres candidatos socialistas han asimilado los nuevos tiempos impuestos desde Ferraz por Pedro Sánchez. Se les notó en sus intervenciones y se les notó en sus vestimentas: todos con pantalón azul marino y camisa o blusa blanca. Nada de chaquetas ni rebequitas, arreglados pero informales. Taconazos en los pies de Patricia Hernández, que compitió en gesticulaciones con Gustavo Matos frente a una más austera Carolina Darias, que ocupó el centro. Bueno en los golpes de efecto el único candidato varón, que mostró su carné de abogado colegiado para recalcar que no es un profesional de la política, y que extendió sobre el atril una camiseta contra las prospecciones petrolíferas en un claro guiño combativo a ese amplio sector de la izquierda que las rechaza. Y a los votantes de Lanzarote y Fuerteventura que el domingo se quieran acercar a votar a las agrupaciones locales. Otro de sus guiños fue directamente al corazoncito de los purgados en Tacoronte, La Palma y El Hierro, a los que de antemano ya ha liberado de cualquier pacto en las alturas que quiera transformarse en cascada. Como relata muy bien nuestro compañero Salvador Lachica, su pertenencia al Gobierno (es director general de Comercio) no le privó de ser muy crítico con el perfil bajo que el PSOE ha tenido en su pacto con Coalición Canaria, perfil que, sin embargo, debe haber contribuido notablemente a que ésta haya sido una legislatura sin sobresaltos políticos de importancia. Los tres, eso sí, han recuperado aquel grito de las juventudes socialistas a principios de los noventa frustrado por sus mayores: “Con el PP, ni de coña”. Pero sea quien sea el ganador o ganadora del debate de este miércoles, todo el pescado podría estar vendido en favor de Patricia Hernández si se confirmara que, además de los evidentes avales que obtuvo, consigue que los simpatizantes que acopió en la segunda fase del proceso acudan finalmente a votar y lo hagan por ella. Los otros dos candidatos todavía no se lo creen del todo y van a dar el callo hasta el domingo.

Berriel defiende su propuesta

El Gobierno de Canarias tiene este jueves sobre su mesa la posibilidad de confirmar las expectativas que generó en agosto en torno al Oasis de Maspalomas o frustrarlas por completo. Según anunció el consejero Berriel este mismo miércoles a la Ser, el Consejo de Gobierno conocerá su primera propuesta (o de la empresa pública Gesplan, por ser más precisos) sobre la ordenación de ese marco natural junto a la charca y las dunas, ordenación que el Ejecutivo prometió que iría encaminada a recuperar la zona para el uso público desplazando cualquier edificación que rompa con el paisaje, perjudique los valores naturales en presencia o impida la visión ciudadana del palmeral y del faro de Maspalomas. El nudo gordiano de la cuestión sigue siendo Riu, y si con alguien han hablado en Gesplan debe haber sido con la cadena mallorquina, a la que se le busca un difícil acomodo en el mismo enclave ante su negativa a recuperar sus aprovechamientos y sus derechos en suelos menos sensibles. De ahí que Berriel haya adelantado que la propuesta para su hotel pasa por acomodarlo en un lateral del palmeral, pero con menos altura de la permitida y “mimetizada con el palmeral”. Hoy no se va a aprobar la reordenación, parece evidente, sino una primera propuesta de negociación que habrán de discutirse con las demás empresas afectadas, porque no solo mallorquines hay en la zona afectada. Sabremos cómo se ha encajado “en un lateral” un aprovechamiento brutal de 450 camas que Riu obtuvo al hacerse con una edificabilidad producto de sumar lo propio con lo público y tiro porque me toca. A ver si se va a hacer bueno eso que dijo hace unas semanas en Lanzarote el hotelero Antonio Catalán: “En Canarias no manda Paulino Rivero, sino TUI y Neckermann”. El primero es socio de Riu, no conviene olvidarlo.

Herrerita se sacude la papa de Lloret

Le deben haber sentado muy bien las vacaciones en la Península que se tomó estos últimos días el secretario general de Coalición Canaria en Fuerteventura, José Juan Herrera Velázquez, o el ramillete de llamadas telefónicas que recibió de la parte contratante advirtiéndole que no hay cuña peor que la de la misma madera. El caso es que, como estaba previsto, celebróse este miércoles por la noche la asamblea insular de CC en la isla con un caliente punto en su orden del día: la aceptación como militante de Sergio Lloret, hasta el otro día consejero del Cabildo en la oposición por el tercio de las Asambleas Municipales de Fuerteventura. La cosa llegaba calentita tras la asamblea de Tuineje, donde se generó una revolución con amenaza de tocata y fuga de varios concejales y 25 militantes, lo que habría de convertir en decisivo lo que se decidiera en la insular. No en vano, Herrera y los suyos habían prometido a Lloret y los de él que todo estaba atado y bien atado, que Salvador Delgado (alcalde de Tuineje y amigo de Lloret) controla su feudo y que el secretario general insular hace lo propio en el suyo. Pero esas llamadas desde la parte contratante, mayormente situadas en Tenerife, recordaron a Herrerita dos cuestiones básicas: Primero, las cosas no se hacen así; si quieres jeringar a Mario Cabrera tienes que ser más sutil y esperar a momentos clave, como las listas electorales; segundo, no andes diciendo por ahí que ese es un encargo nuestro porque sabes que no es verdad; te han podido más tu pronto y tus ganas por controlar todo el partido que la racionalidad y la prudencia; y tercero, dado que Lloret es un ex cargo público que viene de otro partido, estatutariamente ha de ser la Comisión Ejecutiva Nacional la que resuelva su afiliación. Así que Herrera Velázquez se quita de en medio y manda la papa caliente a la superioridad. Y allí veremos qué ocurre.