Otro aviso importante se lo ha llevado la prensa cavernícola, la que día tras días estos últimos meses se ha dedicado a insultar despiadadamente al líder socialista andaluz, José Antonio Griñán, al PSOE de Andalucía y, con insinuaciones más o menos sutiles o recurrentes, a los andaluces que votan izquierda. La misma noche electoral, tras conocerse la pírrica victoria de Javier Arenas, hervían las redes sociales y los medios audiovisuales de la derecha despotricaban rabiosamente contra los resultados, buscando culpables de inmediato, e incluso haciendo apocalípticos vaticinios sobre lo mal que lo va a pasar España si Arenas no Gobierna en la Junta. El mismísimo Pedro J. Ramírez escribía muy solemne en Twitter que “lo ocurrido en Andalucía complica mucho la política de ajuste de Rajoy y acerca a España a un escenario de rescate y economía intervenida”. Cualquiera que haya leído la prensa internacional esta pasada semana habrá notado que esas complicaciones se las achacan líderes y expertos extranjeros directamente a Mariano Rajoy, que parece que está equivocando el tiro por esa manía que tiene la derecha de intentar resolver los problemas de la ciudadanía favoreciendo solamente a los amigos.