No hay que desdeñar ninguno de estos elementos que les proponemos para la reflexión y para la conclusión evidente de que en Canarias no se pueden investigar según qué cosas. O mejor dicho, en Canarias no se puede perder el tiempo en investigar según qué cosas y según qué personas, porque es evidente que la Policía y la juez Rosell han investigado de lo lindo, pero se han visto obligados a archivar por imperativo legal, es decir, por petición expresa de la Fiscalía Anticorrupción. En aplicación del principio acusatorio que rige en España, no puede haber causa penal abierta que no tenga acusación, y batiéndose en retirada la Fiscalía, nada se puede hacer más que archivar. El Ministerio Público, representado para la ocasión por dos señeros miembros adscritos a la Fiscalía Anticorrupción en Madrid, ven irregularidades, pero no las suficientes para mandar a los imputados a juicio. Resulta curioso observar el esfuerzo del Ministerio Público por salvar de cualquier tipo de sospecha a la esposa del fiscal provincial de Las Palmas, Guillermo García Panasco, Lourdes Quesada, de la que solo faltó una propuesta de beatificación. La postura de la fiscalía nos recuerda dos cosas, la primera, el titánico esfuerzo del fiscal Antonio López (delegado del Gobierno con Aznar) por archivar la causa penal del concurso de ambulancias ?con la señora Quesada como denunciada-, reabierta luego por la Audiencia Provincial, y la molesta reacción que provocó en fiscales de Las Palmas pertenecientes a la conservadora Asociación de Fiscales la presencia de la esposa de García Panasco en el congreso celebrado en octubre pasado en Málaga. Y no ya por la presencia de Lourdes Quesada en el congreso, por otra parte poco habitual, sino porque ésta coincidiera con su condición de imputada y con la casualidad de que compartiera mesa en la cena de clausura con el fiscal que la investigaba, Luis Rodríguez Sol. Demasiadas coincidencias para no contarlas aquí, donde se cuentan las cosas que otros no se atreven a contar aun conociéndolas de sobra.