Se lo han currado en agosto. Al menos eso hay que reconocerle al Círculo de Empresarios de Gran Canaria, que este fin de semana, y de manera absolutamente oportuna, lanzó al mundo su declaración institucional de inicio de curso político. El sanedrín de sanedrines, o al menos el que no se oculta para ejercer como tal, quiere que el curso político que ya ha dado por inaugurado tenga una agenda política marcada por sus pretensiones, que podemos resumir en dos: que la economía canaria se liberalice todo lo que se pueda y que el encargado de hacerlo sea José Manuel Soria. Al Círculo de Empresarios hay que aplaudirle su franqueza, la claridad con la que defiende los intereses de sus principales dirigentes; en su trayectoria se pueden distinguir claramente dos modos de operar: el que ejecuta durante las etapas de gobierno de Coalición Canaria con el Partido Popular, y el que ejecuta cuando el Partido Popular no gobierna en Canarias. Eso sí, con algunas constantes como la de reclamar menos burocracia a la Comunidad Autónoma a la hora de tramitar proyectos empresariales y la de criticar la maraña legal que en muchas ocasiones entorpece inversiones y no alcanza a proteger el bien común que se pretende proteger. Aprovechando el torbellino generado por la crisis económica y la tendencia de muchos gobiernos a otorgar el poder a los que la generaron y/o se aprovechan de ella, los empresarios grancanarios agrupados en torno al Círculo se han lanzado a abrazar las tesis más extremas del Partido Popular en materia de organización político-administrativa, uno de los aspectos que se convertirá a partir de este lunes en uno de los caballos de batalla de las instituciones, empezando por los Ayuntamientos.