El abultado currículo de don José Esteban acaba de ganar un renglón más gracias a esa calle en Los Realejos, concedida con los únicos votos favorables del Partido Popular, lo que pone de relieve cómo anda el estado de opinión de los cuarteles respecto de ese prohombre que lo fue todo en el poderoso engranaje del régimen tinerfeño. ¿Hemos dicho cuarteles? Ah, sí, un lapsus que nos ha abordado al recordar que en su discurso de aceptación de la calle el ilustre editorialista hizo una encendida defensa del Ejército español, en clara sintonía con sus continuas invocaciones a la opresión que sufrimos por parte de España y el genocidio infligido a la población isleña por esas fuerzas invasoras. Y olé. La pérdida de apoyos (y de otras cosas relacionadas con la materia gris) la quiso contrarrestar el homenajeado haciéndose rodear por muchísima gente. No faltaron algunos trabajadores de El Día, incluidos sus dos amanuenses de cabecera, Ricardo Peytaví y Andrés Chaves, además de su hija y sus nietos (faltó el otro hijo, que excusó su asistencia), y representantes políticos como el muy mentado Antonio Alarcó o el concejal lagunero del PP Pedro Suárez. Y poco más porque ni siquiera el staff directivo de El Día se constituyó al completo en el lugar de los hechos. Qué tiempos aquellos de las unanimidades en torno a tan excelsa figura, retratada por el pintor José Carlos Gracia bajo el ampuloso título de Capitán de Canarias.