Nunca una iniciativa legislativa popular (ILP) iba a conseguir, sin ni siquiera empezar a ser debatida, retratar tanto y tan mal a los partidos políticos canarios, o más concretamente, a los que forman parte del Gobierno de Canarias y de la Mesa del Parlamento de Canarias, es decir, Coalición Canaria, Partido Socialista Canario y Partido Popular. La ILP en cuestión se llama exactamente Iniciativa Legislativa Popular Canaria de Educación, y fue presentada ante el Parlamento en 2010, avalada por 36.000 firmas, con el fin de hacer una contribución a la mejora de la calidad educativa en una región que precisamente no anda sobrada en la materia. En 2010 gobernaba Coalición Canaria con el PP (hasta octubre), es decir, no era el PSOE el que se ocupaba de la cartera de Educación como ocurre en la actualidad, pero lo cierto es que la ILP fue rechazada este mismo año, exactamente en septiembre pasado, alegando, fitetú, que de aprobarse generaría un compromiso de gasto que en la actual coyuntura de estabilidad presupuestaria, bla, bla bla? Ya tiene muchos bemoles que una iniciativa popular, protegida por la Constitución, tarde dos años en entrar en el Parlamento, salir hacia el Consejo Consultivo, regresar al Parlamento, salir hacia el Gobierno, regresar al Parlamento y decretar la Mesa de la cosa que mejor se van ustedes a freír espárragos, que no está la cosa para estos excesos democráticos. Y se armó.