La segunda parte de la historia parece bastante de nota de prensa del Cabildo: “El presidente financiará obras en carreteras, proyectos hidráulicos y el pabellón”. ¿El presidente? No, queridísimos, el presidente no financia nada, probablemente su unidad familiar y poco más. Porque lo que el señor Bravo de Laguna preside es una Corporación democrática, donde unas señoras y unos señores están representando al pueblo soberano y donde se administran los dineros de ese pueblo soberano mediante unas reglas del juego que todos están obligados a respetar. Aclarada esta cuestión trascendental de orden, entremos en la siguiente consideración recogida en los titulares. “La buena situación de las arcas avala la operación”. Vamos a ver si no nos volvemos locos. ¿No habíamos quedado en que los malditos socialistas, esos salteadores de caminos, esos manirrotos, habían dejado las cuentas del Cabildo hechas una piltrafa, un agujero de dimensiones intergalácticas que íbamos a tardar años en cubrir? Pues no, resulta que lo dicho por la consejera Rosa Rodríguez en una rueda de prensa el 14 de julio de 2011, hace ahora un añito, era todo mentira. Porque descartamos por imposibilidad contable que en un año el PP haya saneado las cuentas con la que está cayendo. Más bien cabría afirmar lo contrario, pero ésa es otra guerra en la que no tenemos tiempo de entrar ahora.