El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Debilidades herreñas
El Senado español, esa Cámara siempre en entredicho, se ganó este martes una temporada más abierta al público. Un desalentador episodio protagonizado por los escoltas de Mariano Rajoy, que se despacharon a un senador socialista por Asturias con los mismos modales que se neutraliza a un espontáneo en una corrida de toros, nos recordó a todos quién manda y cómo quieren algunos mandar en este país: a la fuerza. El senador socialista, de nombre Ibán García del Blanco, solo pretendía exponer al presidente del Gobierno la situación en la que José Manuel Soria ha metido a la minería con su drástica reducción de las ayudas al carbón. El senador quería adornar su happening con la entrega al presidente de un casco de minero, empeño que frustró una diligente escolta, que tiró del brazo del representante ciudadano cometiendo en el acto dos vulneraciones graves: la primera, estar dentro del hemiciclo, reservado a los senadores, y segundo, zarandear a un padre de la patria que encima jugaba en casa.
A la hora de cerrar esta edición, los escoltas no habían sido expedientados, lo que puede hacer temer que el expedientado vaya a ser el senador socialista asturiano, que burros más panzudos hemos visto volar en sedes tan excelsas.
Lo de Rajoy protegido del mundanal ruido, apartado de la plebe, bien sea la canallesca periodística o bien otras gentes desafectas y de mal vivir, empieza a ser un gesto bastante preocupante que los asesores de imagen del presidente deberían hacerse ver.
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