El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
La deportación de Rivero y de su esposa
Comprendemos a Paulino Rivero. Los editoriales del periódico El Día son cada vez más exacerbados e hirientes y más incitadores de la violencia, más cercanos a la involución y más contrarios al orden constitucional. No es que critiquen al presidente del Gobierno, a su esposa o a los empleados de tareas domésticas del domicilio conyugal, es que rebasan cualquier límite de la crítica política para pasar directamente a la descalificación personal y a equiparar a Paulino Rivero al dictador Caucescu y a su esposa a la consorte del régimen Carmen Polo de Franco, con la exigencia expresa de que dimitan y abandonen Canarias ante el riesgo cierto de que pudieran padecer situaciones violentas que el insigne editor independentista equipara a la muerte de cualquier dictador moderno que se precie, sin descartar en ningún momento la dilapidación o la guillotina. A Paulino Rivero y a su entorno personal se le ha terminado por llenar la cachimba y por mucho que algunos históricos lameculos de ATI exijan una corrección en las relaciones con el insigne editorialista independentista para salvar la debacle electoral, nada parece indicar que en presidencia del Gobierno haya cambiado la tendencia. Y la tendencia no es otra que reducir las exigencias y los chantajes y extorsiones de don Pepito a su ámbito natural, que viene siendo en algunos casos el mismísimo Código Penal.
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