En el mismo Palacio de Justicia donde el salmón trata de nadar río arriba, una magistrada de lo penal, Margarita Varona, se empeña con ahínco en sacar adelante un sumario complicado, el que tiene como imputados a José Manuel Soria y Manuel Fernández. No es complicado porque aparezcan a simple vistas dificultades en la investigación: ni se requieren comisiones rogatorias a Suiza ni intervenciones telefónicas o seguimiento de sospechosos. Las complicaciones radican en la personalidad de los imputados y lo cuesta arriba que se hace mantenerlos de tal guisa un día más. La asociación Justicia y Sociedad, que intenta personarse como acusación popular desde el pasado día 5, está sufriendo en carne propia el sufrimiento del salmón cuando asciende para desovar (poner los huevos donde hay que ponerlos). Primero le piden certificación de su inscripción en el Registro de Asociaciones y sus estatutos (10 de diciembre) y luego, a menos de un día de la declaración de nuevos testigos (17 de diciembre), 3.000 euros de fianza para poder acusar. La identidad, objeto, miembros, patrimonio... de Justicia y Sociedad son de general conocimiento. Bueno, no tan general.