Esteban González Pons rehuyó por completo el debate ayer en Twitter cuando volvió a soltar la lengua a paseo y trató de resaltar las diferencias que a su juicio existen entre las prospecciones valencianas y las canarias. La distancia respecto a tierra es, a su juicio, la principal diferencia, ignorando consecuentemente las características ambientales de la franja de mar en cuestión, y por supuesto, el riesgo que pendería sobre el turismo de producirse el menor vertido. Los esfuerzos de González Pons son los de José Manuel Soria y los de todos los que intentan extender un manto de certezas que se desvanecen a poco escarbas en ellas mínimamente. Pero sin quererlo, González Pons dio en el clavo, en el acertijo que verdaderamente desentraña el enigma por el que son tan diferentes para el Gobierno las autorizaciones canarias y las no autorizaciones valencianas. El secreto está en la titularidad de los permisos de prospección, porque mientras en el Levante se trata de una multinacional inglesa, Cairn Energy, las autorizaciones para Canarias están a nombre de la multinacional española Repsol. ¿Nacionalismo español? ¿Acaso el PP pone la proa a la pérfida Albión hasta que nos devuelvan Gibraltar? No, se trata de algo mucho más prosaico a la par que grotesco, y ambas poses tienen como protagonista al ministro del ramo, José Manuel Soria. Desde 2009, siendo vicepresidente del Gobierno, se comprometió con Repsol en una visita a su sede central en Madrid a desbloquear las prospecciones en Canarias, paralizadas por el Gobierno de Zapatero. Y ha forzado la máquina a una velocidad vertiginosa para adelantarse a cualquier cuestión jurídica que pudiera frustrar los planes de consolidar para los de Brufau los derechos sobre las cuadrículas canarias. Lo grotesco es tratar de endosarle sin éxito la carga de negatividad de las prospecciones a Paulino Rivero y, especialmente, a la parte nacionalista del Gobierno de Canarias. Un intento que puede estallarle en las manos y, por un absurdo error de cálculo y desprecio a los canarios, frustrar su victoriosa marcha hacia las elecciones de 2015.