Entre las vacaciones ilegales del ministro y las sandeces de su sanedrín en Cruzada Liberal AntiPaulinista nos habíamos dejado en el tintero la perla del PP a cuenta de la ayuda que perciben durante un tiempo concreto personas que no han encontrado trabajo después de los dos años del paro. Son los 400 euros famosos cuya vigencia vence el 15 de agosto, y el portavoz adjunto 'popular' en el Congreso, Alfonso Alonso, se dignó en calificar el otro día como “de los parados de Zapatero” sin que le diera la risa como le sucede al ministro Cristóbal Montoro. La alergía ultraliberal a esta ayuda vital para la supervivencia de muchas familias y su desprecio pijo a las necesidades básicas de la población empiezan a colmar el vaso, y a tenor de las reacciones de este viernes vienen a demostrar que la ciudadanía se ha hartado de esta doble vara de medir, según el diccionario liberal: no es lo mismo gastarse 500 millones de euros en estos ciudadanos parásitos que invertir 100.000 millones en los bancos cuyos altos directivos podrán cobrar 600.000 o 300.000 euros anuales, según el tipo de intervención euroestatal de los mismos. No es lo mismo, no. Qué va.