El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Domingo de Corpus con Bravo y don Pepito
Qué gran domingo el que nos ha brindado este último tras el Corpus el director-editor del periódico tinerfeño El Día, José Rodríguez Ramírez, y el presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna. Cada uno arrimando el ascua a su sardina, cada uno representando dos maneras similares de entender la realidad de Canarias más instalada en el anacronismo que en la visión de futuro. Insularistas irredentos, cada cual por sus oportunistas razones, coincidieron este domingo en los papeles para arrojar sobre el fuego del descreimiento ciudadano más motivos para el desaliento. Porque aunque pueda parecer que gusten las posturas mesiánicas y en apariencia audaces, las que encarnan estos dos insularistas del siglo XX no contribuyen precisamente a solucionar los problemas que tiene planteados esta sociedad moderna. O que pretende ser moderna. De don Pepito, nada nuevo bajo el sol: llueve sobre mojado y sobre su pataleta independentista, entendida desde una óptica pueblerina y excluyente. Como excluyente es el presidente Bravo de Laguna cuando se proclama profundamente cabildista y reclama que cada isla pueda decidir en materias tan sensibles como el desarrollo y, por lo tanto, su modelo turístico y económico. La visión más localista le lleva a proclamar en Canarias7 que se cargaría de un plumazo el único órgano colegiado que, con todos sus defectos y limitaciones, tiene como objetivo la ejecución de la planificación de Canarias (cuando la hay); y su mesianismo, a proclamar urbi et orbi que Gran Canaria quiere hoteles de cuatro estrellas, para añadir que si nos volvemos a equivocar, como nos equivocamos cuando elegimos apartamentos en vez de hoteles, pues lo pagaremos nosotros y no el conjunto de Canarias. Es imposible tanta iniquidad en tan pocos centímetros cuadrados de periódico.
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