Volviendo al bollo del cogollo del meollo: Islas Airways ha justificado todos sus problemas de liquidez y financiación de los últimos meses porque el Ministerio de Fomento no abona a la empresa ocho meses de este tipo de bonificaciones, cifradas en su momento en unos diez millones de euros, precisamente por la investigación del fraude en años anteriores. Desde el Gobierno, al abrirse el expediente administrativo, lógicamente se paralizó cualquier tipo de subvención a la compañía hasta aclarar todos los extremos del caso -subvenciones para los pasajes en clase turista de entre 300 y 600 euros cuando en realidad fueron puestas en el mercado, a través de agencias de viaje y promociones de descuento, por menos coste para el pasajero- pero ahora el Ministerio Público entiende que Fomento no debe aplicar las medidas cautelares de no abonar un euro a la empresa, ya que el expediente administrativo está en suspenso y por tanto toda la eficacia del mismo. Es la vía penal la que marca todos los tiempos de Islas Airways y, de haber fraude, las penas ya determinarán la devolución, por sextuplicado, del importe birlado al Estado, aparte de años de prisión. Por tanto, ahora no cabe cerrar el grifo a Islas desde el Ministerio, por mucho que suene a tiempo y dinero perdidos. Como el que debe estar recontando Concepción del paso de Jorge Rodríguez por la empresa sin más oficio ni beneficio que el de sus relaciones políticas frustradas. Y esto solo acaba de comenzar...