Ojalá todas las asociaciones patronales que en el mundo son tuvieran como presidente a un tipo como Sebastián Grisaleña, presidente de la Confederación Canaria de Empresarios, al que unos cuantos quieren moverle la silla en nombre del ministro José Manuel Soria, al que no le gusta la gente independiente. Grisaleña, por lo que parece, ha adoptado una posición digna, consistente en mantenerse de pie, lo que automáticamente lo ha situado muy por encima de los que se han arrodillado ante su excelencia en posición genuflexa y pelín pornográfica. A la espera de que los procesos democráticos lo desalojen como mandan los cánones, Grisaleña sigue recibiendo reconocimientos. El domingo, sin ir más lejos, recibió en Funchal el Cordón Autonómico de Distinción, una de las Insignas de Honor de Madeira, por la actividad relevante que ha ejercido en el enfoque y fortalecimiento de las relaciones económicas y comerciales entre esa región portuguesa y las Islas Canarias. El cordón a Grisaleña fue uno de los nueve que entregó el Gobierno de la isla vecina coincidiendo con el Día de la Región y de las Comunidades (similiar al Día de Canarias) a otras tantas personalidades en áreas como la construcción, la administración regional, la restauración, la música, el turismo y la salud. Nuestra enhorabuena y a seguir en pie.