Ni es la primera vez ni será la última. Determinados agentes de la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria y determinados fiscales que ejercen en esa ciudad y sus alrededores parecen predestinados al encontronazo, a los malos modales y al intercambio de improperios y denuncias. Hace unos días se produjo un nuevo incidente en el que resultaron involucrados varios policías locales y una fiscal, que resultó finalmente acusada de insultos, agresiones y resistencia a la autoridad, a lo que la funcionaria respondió al día siguiente con una denuncia contra los agentes por detención ilegal y falsedad. Así contado, con el añadido de que fueron unos incidentes ocurridos a ciertas horas de la madrugada y en la puerta de un pub de la capital grancanaria, la cosa puede sonar a incidente insignificante, de esos que se producen cada noche en cualquier zona de copas. Pero nos encontramos ante una tensión permanente en la que ambas partes parecen estarse buscando, y cuando policías y fiscales se buscan en una ciudad tan pequeña como esta, se terminan encontrando.