Lejos de guardar la debida prudencia acerca de las fuentes de sus compañeros de CANARIAS AHORA, lo que hizo Chavanel este miércoles ante una juez, un fiscal, unos abogados, unos policías y en audiencia pública, fue tratar de desenmascarar con burdas insinuaciones de dónde provenían todas o parte de las informaciones que publicaba nuestro periódico y difundía luego nuestra emisora de radio. Aparentando que maneja más información de la que tiene, que es exactamente ninguna, el presunto periodista desplegó su cola de pavo real para insinuar que las informaciones no procedían de ninguno de la media docena de agentes presentes en la sala de vistas, pero que en cualquier caso las fuentes eran policiales. Cuando el abogado de uno de los acusados intentó que el testigo concretara al máximo qué “cargo policial” filtraba las informaciones, el periodista empezó a percatarse de que no tiene ni pajolera idea de lo que habla, lo que le condujo a una elocuente metedura de pata: “el cargo era el único que tenía acceso a la libreta”. Ahí cantó su ignorancia porque en la sala de vistas donde decía ese disparate había al menos tres policías que tuvieron acceso a la prueba antes, durante y/o después de que cualquier “cargo” policial pudiera conocer su existencia.