Bastó escuchar a Juan de Dios Ramos este martes en CANARIAS AHORA RADIO para entender muchas cosas. Aquel hombre tosco, básico, humilde de Los Arbejales, que cuidó siempre hablar a ras del suelo, se ha convertido en otra cosa. Seguramente en una persona con mucha experiencia política, con mucho conocimiento en la gestión de un Ayuntamiento, en el trato al partido, al sindicato, al cura y al comandante de puesto de la Guardia Civil. Pero Juan de Dios Ramos, el alcalde de Teror, ya no es el mismo. Lo delatan algunos detalles que pueden parecer insignificantes, como emplear el muy papal y regio yo mayestático: “El alcalde ha decidido”, “el alcalde ha negociado”? mostrándose tan seguro de sí mismo que se mostró desnudo ante su propia incertidumbre. Dio por hecho que la concejala Carmen Delia Ortega reconsideraría su dimisión, que volvería a la mayoría de gobierno para continuar al frente de sus responsabilidades y someterse a la natural autoridad del líder. Pero muy pocas horas después de las certezas que proclamaba el único alcalde con mayoría absoluta que tiene el PSC en Gran Canaria, la concejala emitía un duro comunicado que colocaba a Juan de Dios Ramos en una posición bastante embarazosa, casi diríamos que en la imagen destartalada que está dando ese partido estos últimos tiempos en toda Canarias y en toda España.