Una de las ventajas que tiene seguir los editoriales de El Día es comprobar el estado de opinión de los cuarteles. El cuartel de Buenos Aires y el cuartel de los seguidores independentistas de don Pepito, que no son muchos, pero le creen. Se nota en los comentarios que se incluyen después de las cartas pastorales del insigne editor, donde se aprecia que el sentimiento patriótico está tan arraigado que algunos dicen que las juezas que condenan a don Pepito no lo harían si se llamaran Guacimara o Yurena en lugar de Isabel o Ana María. La profundidad de las meditaciones alcanza también a los apellidos. Este jueves pudimos leer un debate de mucha altura entre dos lectores. El primero, que sintomáticamente firma “Viriato”, pregunta al foro por la manera de saber si es descendiente de los “primitivos pobladores”. Le contesta un poco más tarde un servicial “Orone”, que le indica qué apellidos son sin duda “netamente canarios” y cuáles sin duda no lo son. Entre los primeros, Orone incluye, atención, “Arencibia, Abreu, Chinea, Darias, Cubas, Barreto, Albelo, Alemán, Artiles, Estupiñán, Dorta, Noda, Perdomo, Ravelo, Montesdeoca, Melián, Socas, Tacoronte, Tavío, Siverio, Sabina, Regalado, Falcón, Guedes, Monzón, Ojeda, Negrín, Gorrín, Socorro, Sosa, Betancor, Santana, Fumero... ” Para añadir a continuación una peligrosa apostilla: “Como ves, no hay ningún patronímico: Pérez, Rodríguez, Hernández, López, (etc.). Si entre tus apellidos hay alguno de los anteriores, la posibilidad de que por tus venas corra alguna gota de sangre guanche aumenta. Un saludo”. Eso, un saludo de parte de Sosa. Y otro para Rodríguez. Ay mi cabeza.