Dicen los más conspicuos conocedores de José Manuel Soria en el seno del PP, que él no olvida ni perdona, pero que tiene la virtud de pretender quedar bien con todo el mundo. Por eso, sostienen, “nunca Larry Álvarez podrá ser delegado del Gobierno en Canarias”, por mucho que esté fuertemente apoyado por personas del entorno de Soria que aprecian en él un cambio radical a mejor. Gente del mundo de la cultura se asombra en Gran Canaria del impulso que Álvarez está dando a iniciativas de los centros dependientes del Cabildo, de los que es responsable como consejero no electo. Su decisión de rescatar lo fondos pictóricos del CAAM y exponerlos ha sido una de las iniciativas más aplaudidas. Pero Soria sigue resentido por aquella decisión de Álvarez de no oponerse a los primeros presupuestos de la era José Miguel Pérez en el Cabildo de Gran Canaria, allá por 2007, y otras deudas impagadas que se nos escapan. Para colmo, hay otros duros competidores por el cargo de delegado del Gobierno, además de Álvarez, Mercedes Roldós y Cristina Tavío. En Tenerife suena con fuerza un magistrado en excedencia, juez por el cuarto turno, que actualmente ocupa plaza de diputado regional. Se llama Emilio Moreno y Bravo.