Resulta siempre edificante leer una entrevista en profundidad a José Manuel Soria como la que este domingo le hizo en La Provincia su corresponsal en Madrid, Joaquín Anastasio. Les anticipamos que no hay novedades significativas ni en el fondo ni en las formas: el personaje en cuestión sigue mostrándose tal como es, un impostor que se presenta ante la ciudadanía como un gran gestor de lo público cuando lo realmente es un aprovechado de la política. Lo terminarán constatando los ciudadanos de toda España que directa o indirectamente tengan que ver con sus decisiones y con la forma de administrar lo público, y lo terminarán comprobando los periodistas madrileños que le siguen ya más de cerca en tareas gubernamentales. Nosotros, que lo conocemos hace muchos años, no podemos hacer otra cosa que ratificarnos ante la lectura de la entrevista de Anastasio en La Provincia, donde el presidente del PP canario muestra su cinismo y su capacidad para mentir en todo su esplendor. Desde la primera respuesta hasta la última. Y lo de menos es que mienta en torno a los recortes presupuestarios, porque eso hace de modo coral todo el Gobierno de Mariano Rajoy desde que tomó posesión en diciembre de 2011. Lo que es verdaderamente indignante es que mienta con las cosas de comer y que encima eche la culpa a sus adversarios políticos.