Por su alta calidad carnavalera, reproducimos sin más el comentario del mes, llegado a nuestra redacción bajo la firma de Luis: “Virus : Entidad infecciosa microscópica que sólo puede multiplicarse dentro de las células de otros. Tras las votaciones el mismo latiguillo, ”tongo“. Según el virus que no fue agraciado con el reinado 2012, el conductor del taxi que trajo a un jurado del concurso es primo hermano del fontanero que le reparó el bidé al presidente de la comunidad de vecinos donde vive el diseñador ganador. La cuestión es aprovechar el malestar de los que no han recibido el reconocimiento del ”premio“ para seguir sembrando dudas respecto a la independencia de jurados (cuatro diferentes). ¿Cuál es la fórmula ideal?, pues leyendo a los manifestantes, no se ha encontrado. A falta de actuación divina, sostendríamos que la vigente es la menos mala. Pero no es de recibo que siempre sean los mismos virus los que enfermen al entorno, sólo, únicamente, cuando no son los fotografiados como ganadores. El veredicto es público, la organización facilita copia de las actas, la presencia de un notario garantiza la custodia de los originales.Estimo importante el respeto al trabajo, de todos los participantes, y lo que algunos olvidamos dependiendo del gusto que nos transmita el diseño tal o cual, es un concurso, con unas normas dictadas por el organizador o pactadas con los participantes, y gana uno, respetar es necesario, compartir no es obligado. Defendiendo nuestro gusto desde la descalificación, deterioramos la fiesta, principalmente porque en la Gala de 2013 serán de nuevo puestos en circulación virus detonadores de la pólvora de los descontentos. Disparar a todo lo que va delante no garantiza un horizonte más ecológico desde el punto de vista creativo, lo más probable es que se cercenen buenas ideas, incluso vías de escape a la imaginación. La ilusión y el hastío no son compatibles, mantengamos lo bueno, hay mucho, y separemos lo malo, cada vez menos. Por el carnaval en Carnaval Las Palmas de Gran Canaria”.