Hay instantes sublimes en que la actitud y las reflexiones de políticos en activo de largo recorrido dan para pensar si no llevan demasiado tiempo haciendo y viviendo de lo mismo, unos con mucha más experiencia “enriquecedora” (sic) que otros. Dando ejemplos, tirones de oreja, repartiendo consejos e instrucciones como si fueran unos superdotados a los que la Naturaleza premió con el don de saber guiar a los pueblos perdidos de la manodedios. Son cosas del saber estar y más del querer figurar, que tanto irrita en los últimos tiempos a la ciudadanía de a pie, harta del despilfarro y de ser señalada como la culpable. Don Olarte, como bautizara el genial Pepe Alemán al expresidente del Gobierno canario y del Cabildo grancanario, ha vuelto a ese punto del saber figurarse que tiene ser nombrado presidente ejecutivo de Infecar, la Feria del Atlántico de toda la vida, dirigida presuntamente por su partido, el CCN, desde la plaza del vicepresidente insular Juan Domínguez. Y Lorenzo, al que estimamos en su justa medida, ha metido este domingo los dedos en el enchufe de la zona caliente que arrebata estos días a la gente: ha dicho entre otras cosas, a La Provincia, que “sobran muchos funcionarios que lograron la plaza por amiguismo”. Todo un ataque al “sectarismo más absoluto” que ha generado una “administración mastodóntica”. Ah.