A menudo los canarios nos preguntamos qué estrategia política del diablo está desplegando Soria para que todos percibamos que el Gobierno del que forma parte se está ensañando de manera salvaje con Canarias. El proyecto de Presupuestos Generales del Estado para 2013, conocido este fin de semana, puede ser la penúltima prueba de ese ensañamiento: muerte a las políticas activas de empleo; muerte al agua potabilizada; muerte a las carreteras, muerte al pabellón 2014, muerte a la agricultura? lo que se suma a los ataques inmisericordes infligidos desde enero pasado en materias como las energías renovables, la educación, la sanidad, la imposición del petróleo o los descuentos en los billetes aéreos y marítimos para los residentes. La primera explicación que algunos encontramos iba en la línea de una patología enfermiza, casi imperial, de hacer sufrir a los pueblos que se resisten a la conquista, de retirarles las cosechas, desviar los ríos y raptar a sus mujeres hasta someterlos al poder del César. Una explicación correspondiente al carácter enfermizo y obsesivo que siempre hemos detectado en este político excesivo, vanidoso, totalitario y egocéntrico. Pero una frase publicada este domingo en El País, en una entrevista informal firmada en la última página por Karmentxu Marín, nos ha llamado a la reflexión y al desasosiego: puede que no quiera someternos, sino exclusivamente vengarse.