Por si alguien se ha perdido entre tantas idas y venidas, conviene recordar en qué consistió el pelotazo de Las Teresitas. Para hacerlo hemos escogido un fragmento de un artículo publicado en octubre pasado por nuestro colega Leopoldo Fernández en el Diario de Avisos: “(...) Antonio Plasencia e Ignacio González, asociados en Inversiones Las Teresitas (ILT), compraron a la Junta de Compensación, por 30 millones de euros, los terrenos de la playa del mismo nombre. Posteriormente, el Ayuntamiento de Santa Cruz adquirió a ILT, por 52 millones de euros, el frente de la playa para evitar que en ellos se consolidaran derechos edificatorios (para la construcción de hoteles o instalaciones de ocio y turismo), tal y como había autorizado una sentencia del Tribunal Supremo de 1998 que dio por válida la revisión del Plan Parcial de ese lugar efectuada 10 años antes. A cambio de no construir en dicho frente, los empresarios recibieron compensaciones urbanísticas y derechos de edificabilidad en el Valle de las Huertas y Montaña Morera, trasera de Las Teresitas, que fueron traspasados a Mapfre; derechos que sin embargo les fueron arrebatados por el propio ayuntamiento al revisar éste el Plan General de Ordenación”. Añadamos a eso que para aquella primera compra los empresarios obtuvieron un préstamo meteórico de CajaCanarias a través de un empleado de Ignacio González, que no podía pedir la operación por ser consejero de la entidad. Detallitos nimios, pero decisivos.