Felipe Afonso el Jaber actuó de portavoz presupuestarioy, con el verbo brillante que le caracteriza, trató de descalificar el presupuesto que por primera vez presenta el gobierno municipal socialista. Habló de multas, habló de subvenciones al hermano de la Obra de Acogida y Desarrollo, y trató de justificar una enmienda a la totalidad que finalmente fue rechazada por la mayoría. En la réplica que le dio el concejal de Hacienda, Rodolfo Espino, se sintieron aludidos en lo personal porque hubo una frase que les conmovió las entrañas: “Este es un gran presupuesto con agencia tributaria propia, administración electrónica, RPT, más dinero para los distritos (...); a ustedes el cuerpo les pide votar a favor o abstenerse, pero su partido no les deja”. Y se armó el Belén, con perdón.