El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
El PP canario ya tiene un nuevo Manolo
Todo el mundo mirando para Asier Antona, para Enrique Hernández Bento o para Guillermo Mariscal, y resulta que el gallo tapado del Partido Popular de Canarias lo teníamos en el corazón mismo de Los Realejos (Tenerife). Se llama Manolo Domínguez y se ha convertido desde este mismo domingo en el nuevo Manolo del PP canario en sustitución de su Gran Timonel, José Manuel Soria, de gira a costa del Grupo Martinón. Domínguez es el alcalde de Los Realejos, presidente del PP de Tenerife y, desde el pasado mes de mayo, ee líder del grupo popular en el Cabildo ocupando, de momento, la bancada de la oposición. Sustituyó en la lista a un personaje que parecía insuperable, Antonio Alarcó, al que el PP envió de cabeza de lista a la ciudad de La Laguna, lo que el hombre asumió con entereza cristiana. Y decimos insuperable porque hasta este domingo creíamos que el ego del doctor Alarcó no tenía parangón en la política tinerfeña, ni mucho menos ego que se atreviera a desafiarle. El de Domínguez lo ha hecho de manera ostentosa en una entrevista concedida al Diario de Avisos y que podemos resumir en una sola frase: “A veces tengo la sensación de estar en el gobierno [del Cabildo] y que ésa es la función que me corresponde”. Es una lástima que a un político de esa envergadura los electores le hayan castigado con un ostión de proporciones bíblicas en comparación con los resultados de su antecesor (siete consejeros de nueve y más de 23.000 votos menos) y que la dinámica de los pactos lo haya dejado fuera de la gobernanza. Su euforia proviene del resultado de las gestiones que asegura haber hecho para conseguir que en los Presupuestos del Estado para 2016 aparezcan 15 millones para el anillo insular de Tenerife, la carretera que ha de cerrar la conexión vial de la isla entre el norte y el sur. En un presupuesto, bueno es recordarlo, que está siendo puesto en remojo no solo por los dirigentes políticos de todas las facciones, sino también por los expertos en la materia, que aseguran que las cuentas de Rajoy para el año que viene no superan ni la más inocente prueba del nueve.
Por encima del comité de listas
Manolo Domínguez acumula en su ciclópea persona (política) el cargo de alcalde, el de portavoz en el Cabildo de Tenerife y el de presidente del PP en la isla, lo que desde luego casa perfectamente con el principio una persona un cargo. Proviene del mundo de la empresa sin que nadie sepa con precisión indicar a qué actividad se dedicó antes de llegar a la política. O antes y durante. Sí tenemos contrastado que ayudó mucho al hermano del señor ministro, Luis Soria, a penetrar en el Ayuntamiento de Los Realejos por la vía de la compañía Effico, que se presentó al concurso para el mantenimiento del alumbrado público camuflada tras Endesa (controlada en Canarias por el amigo íntimo de José Manuel Soria Mario Romero Mur) hasta que este periódico lo descubrió. Aquel concurso tuvo que anularlo Manolo Domínguez después de haber negado a voz en grito que él jamás había recibido a Luis Soria en su despacho para hacerle aquel favor. Pero lo recibió. Un nuevo concurso, más apañadito, le permitió volver a hacer la adjudicación, lo que desde luego le ha granjeado un lugar en el olimpo. Y ahí parece moverse como pez en el agua, como él mismo explica en la entrevista al Diario de Avisos: lo mismo se reúne con José Manuel (Soria) que con Ana (Pastor) la de Fomento, para lo de las carreteras de Tenerife; o se prodiga en consejos a Carlos Alonso (presidente del Cabildo de Tenerife) o al líder socialista en la Corporación (Aurelio Abreu). Además, él mismo, personalmente, sin más inspiración que la de su talento político, elige quien debe o no debe ser cargo público. Lo dice en la misma entrevista al describir que fue él y no el comité regional de listas quien decidió quien debería acompañarle al Cabildo y, por eliminación, a dónde mandar al doctor Alarcó.
Clavijo, en un todoterreno de andar por casa
Mucho estaban tardando en empezar a aparecer en la prensa del régimen los vítores y las fanfarrias a favor de Fernando Clavijo, flamante presidente del Gobierno de Canarias. Este domingo lo hemos comprendido a la vista de un artículo publicado en otro rotativo de Santa Cruz de Tenerife: estaban esperando a que hubiera una percha periodística que lo permitiera. Y esa percha ha sido el hito que supone el primer mes de mandato del nuevo presidente regional. Intachable la excusa. Bajo la firma del coordinador de redacción de El Día, Miguel Ángel Ruiz, hemos logrado descubrir una amplia gama de bondades presidenciales que hasta ahora se nos habían ocultado, seguramente por nuestra mente obtusa. Por ejemplo: cuando decíamos que el debate que abrió Clavijo sobre el turismo lo era para regular la entrada de turistas a Canarias, en realidad sólo pretendía crear “una mesa de trabajo” para que los hoteleros incorporen a sus economatos “la exclusividad y la calidad de los productos de la tierra”. Una mesa de trabajo que, en aplicación de esta lectura, bien podríamos llamar bodegón a secas, y nos habríamos ahorrado disgustos. Cuando desde nuestra maldad llamamos “imposición” al anuncio del Gobierno de que la transición a las renovables se hiciera vía gas, debimos haber visto solo un leve tanteo que se resolvió –como así fue, efectivamente- con una marcha atrás presidencial respecto a las pretensiones cien por cien renovables de Gran Canaria. Lo que desde luego tuvo un espaldarazo de primer orden este domingo con el cien por cien energía verde a la que El Hierro se sumó en presencia del muy mentado Clavijo. La succión de nuestro colega tinerfeño contiene ricos detalles de orfebrería referidos a la mochila que siempre acompaña al presidente (sobre cuyo desgaste llama la atención para que todos alabemos la sencillez) o su presencia en momentos cumbre del fervor popular, mayormente en procesiones cristianas. Pero lo que merece las dos orejas, el rabo y una vuelta al ruedo es la sutil apreciación del autor respecto al vehículo oficial que Clavijo utiliza para desplazarse en Tenerife: “El coche oficial, el típico sedan de alta gama de color oscuro, ha sido sustituido en Tenerife por un todoterreno de andar por casa”. Independientemente del coste de ese todoterreno, parece bastante inverosímil, tirando a chiripitifláutico, que tenga tracción a las cuatro ruedas, potencia para subir empinadas pendientes o andar por dunas de arena y solo sirva para “de andar por casa”. ¿Tú te imaginas eso de andar por casa con un todoterreno?
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