Lo publicamos aquí en su momento y lo vino a confirmar este martes Paulino Rivero. El propietario de El Día ha puesto como excusa para su cruzada personal contra el presidente del Gobierno y contra el resto del mundo el resultado obtenido por su grupo mediático en el reparto de frecuencias fruto del concurso que a tal efecto celebró recientemente la Comunidad Autónoma. No ha sido don Pepito el único damnificado ni por lo tanto el único cabreado, pero a diferencia del resto, él ha preferido sacar el machete y acusar a tirios y troyanos de sus desdichas. Una excusa perfecta para cerrar su Radio El Día, despedir a una veintena de trabajadores y echarle el muerto a Rivero y a las empresas que sí obtuvieron frecuencias, como por ejemplo CANARIAS AHORA. Lo malo es que tal perreta pepitiana se tropieza tozudamente con la realidad de los hechos, en gran medida con la misma realidad manifestada por don Pepito a los representantes de los trabajadores cuando ha acometido el despido masivo y el cierre de su radio. Según información interna de la empresa Archipiélago de Medios, titular de la emisora, las pérdidas de 2011 a 31 de octubre eran de 319.082,37 euros, lo que nada tiene que ver con tener o no tener frecuencia legal de emisiones. Pero es que la trayectoria era aún más elocuente.