La reaparición estelar del caso Fórum gracias a las ocurrencias de Cristina Tavío y al afloramiento de la causa penal camino del Supremo nos ha permitido recordar cómo fueron de convulsos aquellos años de 2006 y 2007, en el furor del caso de Las Teresitas, con la Fiscalía Anticorrupción entrando a registrar propiedades hasta entonces inviolables, descubriendo las vergüenzas de una casta intocable, interviniendo teléfonos, solicitando comisiones rogatorias, informes patrimoniales... Los sospechosos se indignaban, pedían reuniones a todo el que pudiera tener capacidad de influencia para parar aquello. Se reunían en secreto para preparar sus declaraciones, se blindaban en los periódicos tirando de talonario. Garzón contribuía a la desazón enviando para Tenerife un feísimo informe que podía poner en jaque el corazón mismo de las finanzas de ATI. Tanto lo hizo que terminó saltando en mil pedazos la carrera política de Luis Suárez Trenor. En ese contexto va Cristina Tavío y recibe en su despacho de la sede del PP, en plena pre-campaña electoral de las municipales de 2007, al mismísimo Pérez Labajos, el empresario de Fórum, la empresa de la marina de San Andrés. Los dirigentes y militantes del partido no daban crédito a aquel encuentro en el que reinaba una gran familiaridad, como si el empresario fuera un estrecho colaborador en aquella campaña. Cinco años después, el PP tiene incrustado a otros magníficos colaboradores, los del CCN, cuyos propietarios son la sal y la pimienta del caso Las Teresitas.