La candidatura de Las Palmas de Gran Canaria a capital europea de la Juventud 2015 tiene unas cuantas iniciativas curiosas y otras contradictorias con la deriva cultural y social que ha tomado el Ayuntamiento desde que está gobernado nuevamente por el PP. Así, se asume como propio el Womad, que a punto estuvo de fenecer este 2011 de un certero manotazo que lo dejó reducido a un día con una sensible merma de producción por culpa del recorte presupuestario. Los promotores son muy atrevidos y ellos mismos lo reconocen: “La Ciudad de la Juventud es nuestra propuesta más extravagante, en la misma entrada de la ciudad, en un antiguo parque de atracciones (El Tívoli). Los jóvenes queremos transformarlo en un lugar donde la gestión dependa exclusivamente de estos. Una ladera completa donde ubicar a toda la juventud y donde estos de verdad adquieran el empower”. Lo hemos tenido que leer tres veces para entender que los redactores del plan quieren colocar a los jóvenes de la ciudad en una ladera para que se empowere, se empodere. Un parque temático de oportunidades, debemos entender, con wi-fi, viveros de empresas, skate-park y zona de botellón. O que lo expliquen mejor porque lo hemos entrecomillado completito, porque no nos conformamos con lo que aparece unas páginas más adelante: “Sin olvidar nuestras peculiaridades gastronómicas, pues comer queso con un buen gofio, acompañado de papas arrugadas con mojo, viendo una regata de Vela Latina, deporte autóctono de la ciudad, son valores que sólo se pueden apreciar si se vive aquí”. Y desde el Tívoli, junto a la Mar Fea, se pueden ver salir las regatas.