Como Soria le tiene prohibido concedernos entrevistas, las boutades de Bravo de Laguna las tenemos que conocer por lo que cuenta a otros medios informativos. En este caso Canarias7, donde habló a tumba abierta de sus deseos y de sus visiones. Gobernar el único Cabildo en manos del PP en Canarias y que su partido ya no esté gobernando en la Comunidad Autónoma es evidente que le da mucha libertad de movimientos. Y de expresión. Por ejemplo, para pedir esa segunda descentralización que dote a las Corporaciones locales del máximo poder territorial para, acto seguido, elegir su progreso o la curva en que se quiere dar la primera leche. Le permite quejarse de la burocracia autonómica con el desparpajo de quien acaba de llegar a la política, como si su nombre y sus tres apellidos no estuvieran estrechamente ligados al nacimiento, madurez y fracaso de estos treinta años a los que él se apunta solo cuando le viene bien. Su egolatría, muy en boga en su partido, le lleva a acusar al PSOE de la herencia recibida en el déficit tarifario de la energía, como si lo hubieran creado los socialistas, y a mirar para otro lado cuando se trata de evaluar la desastrosa gestión energética de su partido en las islas, particularmente en Gran Canaria. Ese mismo sentimiento ombliguista le traiciona al presumir de estar al frente de la única administración local española que se encuentra saneada, lo que no es otra cosa que un solemne y público reconocimiento a los que se la entregaron así, que no son otros que un tal José Miguel Perez y un tal Luis Ibarra, socialistas ejercientes ambos dos. Cosa bien distinta será cómo entregue el Cabildo a sus sucesores. Los pronósticos son ciertamente catastróficos y se acercan peligrosamente a la herencia que va a recibir en el Cabildo de Tenerife el sucesor político de Ricardo Melchior, Carlos Alonso, un émulo moderno de los viejos prohombres del tinerfeñismo más rampante, que también habrá de escudarse en algún agravio comparativo para tapar tanta mala gestión de décadas. Ya ha dado un par de botones de muestra. El futuro de la región se presenta ciertamente comprometido.