La respuesta, que sentó muy mal al interlocutor, es a su vez reproche porque Repsol ha esperado a tener la bendición del Consejo de Ministros para dirigirse a las instituciones más directamente implicadas en la polémica una vez ha visto las orejas al lobo de la contestación ciudadana. Para esta nueva gira, la petrolera vuelve a enviar a las islas directamente afectadas a uno de sus segundos espadas. Se trata en esta ocasión del director de la Unidad de Negocio España, Javier Moro, al que acompañaría el responsable de comunicación de la compañía para prensa regional y deportiva, Marcos Fraga. Es ?más o menos- el nivel empleado hace dos semanas por Repsol para contener a una parte de los medios de comunicación, los que no merecieron la visita del presidente, Antonio Brufau. Además de esas consideraciones de escalafón, la multinacional cometió el imperdonable error de no visitar a los medios de comunicación de Fuerteventura, y sí a los de Tenerife, Gran Canaria y Lanzarote, lo que ofendió oportunamente a las autoridades y a los colegas majoreros. A la vista del escaso rendimiento de esa gira, Repsol parece querer concentrarse ahora en las dos islas más directamente afectadas por las prospecciones en toda su dimensión, pero quiere hacerlo de arriba abajo, exponiendo sus bondades, sus certezas y sus fortalezas a las instituciones y a las fuerzas vivas empresariales.