Esas facturas a los policías que investigaron a Soria y al PP de Canarias las está cobrando personalmente el nuevo jefe superior de Policía de Canarias, Valentín Solano, que llegó al puesto desde Teruel con una agenda de encargos muy concreta. Dada la imposibilidad de abrir expedientes disciplinarios por el ejemplar comportamiento de esos inspectores de Policía, el nuevo jefe superior ha aplicado castigos ejemplarizantes que están en su mano y que sirvan para que todo el cuerpo tenga claras cuáles son las consecuencias de investigar al partido que ahora ocupa el Gobierno de España. Solano sabe que es ave de paso y no quiere estar recibiendo reproches de sus superiores, que a su vez recibieron las oportunas peticiones de un acalorado José Manuel Soria, del que dicen sin recato que es un auténtico coñazo cuando se pone a clamar venganza. Veremos qué ocurre con las causas por corrupción abiertas contra el PP en cuanto empiecen a señalarse las fechas de los juicios de asuntos como Eolo o Faycan, porque de momento descartamos que Góndola llegue a buen término algún día dado el interminable desfile de jueces que han pasado por el juzgado que lo instruye en San Bartolomé de Tirajana.