Se nota, se siente, ha vuelto la luz a los servicios informativos de Radiotelevisión Española, ha vuelto la equidad, la neutralidad, la serenidad, la buena educación y la cortesía a Los Desayunos de TVE. María Casado, una gran profesional que demostró su temple al frente de 51 Segundos, ya se ha contagiado de los nuevos aires que imperan en Torrespaña. Los nuevos rectores de la televisión pública no solo han removido a una de las presentadoras estrella de la casa, Ana Pastor, líder de audiencia en su franja horaria, sino que también han cambiado a los tertulianos para que ese nuevo aire penetre por todos los costados que tiene un televisor, aunque sea plano. Este lunes tocó de nuevo ver a Soria en ese programa, y la entrevista no alcanzó los vergonzosos registros de la que le hizo Manolo HH en Radio Nacional, pero digamos que fue de guante blanco lavado con mucho suavizante. Ver, tocar, pero no apretar. Y al ministro de Industria se le vio a gusto, sereno, sudando mucho menos que cuando le entrevistaba Pastor, pero columpiándose en el mismo estilo, en los mismos lugares comunes, en ese pretendido discurso pedagógico aburrido y epatante. Tres subidas de la luz, tres, en el mismo año, vino a ser el titular que la mayoría de los medios escogieron, porque de las palabras de Soria se dedujo que la habrá en octubre. Otra más. Y nuevas incursiones petrolíferas del ministro a una pregunta que pareció absolutamente pactada: ¿en qué estado se encuentran las prospecciones en Canarias? “No, no son en Canarias, son en España”; “Sí, claro, claro?” (¿?); “Porque si no las autorizamos nosotros lo hará Marruecos en la misma roca madre [mentira desmontada por Repsol]”? Y un hallazgo fascinante: Soria ha descubierto la existencia de programas electorales que se incumplen, en concreto el de Coalición Canaria. “Los que gobiernan en Canarias llevaban en su programa electoral explotar el petróleo y ahora dicen lo contrario”. A ver, pensemos si se nos ocurre algún partido político, español por más señas, que haya incumplido en ocho meses su programa electoral desde la a hasta la zeta. ¡Bingo!