Ya metida en la harina de la delicada correlación de poder dentro del PP canario, Cristina Tavío se muestra mucho más prudente que de costumbre, pero con su pintoresquismo. Ya nos dirán ustedes si no cómo interpretar la lacónica respuesta de “muchas veces” a la escueta pregunta de si ha hablado con Soria de asuntos económicos y presupuestarios. O más pintoresca, a la par que ociosa, su respuesta a qué es lo que hace falta para que la renueven como presidenta insular del PP tinerfeño: que los afiliados quieran y que Soria le mantenga la confianza “y a día de hoy esas circunstancias se dan”. Bueno, bueno. La siguiente pregunta era inevitable, ¿habrá otros candidatos como Alarcó? La respuesta venía ensayada de casa: “Hay mucha gente preparada para ocupar ese puesto y, como hemos hecho en el Congreso nacional, nos pondremos de acuerdo sobre dónde tiene que estar cada uno para hacerlo mejor. En cuanto a mi compañero Antonio Alarcó, es mi portavoz en el Cabildo de Tenerife, porque mis responsabilidades también son insulares y, por lo tanto, forma parte de mi equipo”. No pasen por alto las dos vertientes de la respuesta, como si marcara el territorio: nos pondremos de acuerdo y yo soy la jefa de Alarcó. Veremos cuánto tarda el senador en pedirle a don Pepito una entrevista urgentemente.