El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora
Boberías que se dicen de sport fino
De todas las crónicas, breves en cualquier caso, de la reunión “de trabajo” que este lunes celebró el ministro de Industria, Energía y Turismo con la patronal turística de Lanzarote, Asolan, nos quedamos con la del diario digital Lancelot. Ellos sí que saben. Les ponemos en situación: aprovechando su periodo vacacional en el hotel Volcán Lanzarote, José Manuel Soria recibió a la directiva de esa asociación para limar asperezas tras la espantada de mayo, aquella en la que esta y otras patronales quedaron fuera de la ronda de contactos que el ministerio diseñó para explicar al mundo empresarial canario la bondad de las prospecciones petrolíferas. La reunión era justa y necesaria porque, además de aquellos polvos, a Soria convenía urgentemente una fotografía con la única patronal canaria que ha mostrado algo más que tibieza frente al petróleo, en claro contraste con otras como su homóloga majorera, que desembocó incluso en la baja de su presidente como militante del Partido Popular. Bueno es advertir también que la empresa propietaria de ese diario ha sido adquirida por Juan Francisco Rosa, imputado en algunos escandalillos de corrupción y miembro de la junta directiva de Asolan. Vayamos por fin a la crónica de Lancelot y empecemos resaltando que el redactor sitúa el encuentro entre Soria y Asolan “en un hotel de Playa Blanca”, dato que se repite en dos ocasiones durante la pieza –digamos que periodística- para sortear de manera estúpida que tal hotel es el Volcán, uno de los veintitantos declarados ilegales por la Justicia. El segundo dato que destaca el diario es que “en el encuentro se ha hablado principalmente de turismo”, lo que constituye todo un acontecimiento dada la especialidad de la patronal en presencia y la cartera que, en igual coincidencia, desempeña el mentado señor ministro.
La pista del aeropuerto
El encuentro de Soria con Asolan, a cuyo frente se constituyó en el hotel su presidenta, Susana Pérez, fue difundido a su término por el jefe de prensa del PP canario, Juan Santana, que ya se merece que le compren una cámara fotográfica con vídeo full HD para que pueda enviar a la prensa imágenes de mayor calidad de las que viene enviando. Por lo tanto, la generalidad de los medios informativos hemos de conformarnos con esa versión y alguna otra corregida y aumentada que, en el caso de Lancelot, ha sido ofrecida por uno de los vicepresidentes de la asociación, Francisco Martínez. Este portavoz empresarial ha destacado que, llegada la reunión al punto de abordar la ampliación de la pista del aeropuerto, el señor ministro se ha comprometido a trasladar la petición a su colega de Fomento, Ana Pastor, pero que les dijo, “eso sí, que no tiene suficiente información y que recopilemos datos, entre otros, de los vuelos que no han podido llegar sin que se haga una escala”. La conclusión es evidente: ni Asolan ni el Gobierno de España disponen –al menos de momento- de datos suficientes para sustentar la exigencia de ampliación de la pista de Guacimeta, por otra parte ampliamente argumentada en que su longitud (2.400 metros) no permite, en determinadas condiciones de viento y de carga, que aviones de cierta envergadura puedan despegar con sus tanques de combustible a tope. Si esto es así, la vieja reclamación no parece haberse tramitado adecuadamente.
Petróleo y accidentes aéreos
El asunto del petróleo, naturalmente, no fue ajeno a la reunión. Aunque no lo parezca, a Soria tiene que estar preocupándole mucho el desgaste de imagen que sufren su partido, el Gobierno y él mismo por la disparatada gestión que se ha hecho del asunto de las prospecciones petrolíferas en las cercanías de Lanzarote y Fuerteventura. Y cuando hablamos de gestión no solamente nos referimos a la gestión política, al desaire que se ha hecho continuamente a las instituciones democráticas de las islas o al descarado trato de favor que ha recibido la petrolera Repsol frente a las alegaciones canarias y la respuesta ciudadana. Mala gestión también ha sido la altanería mostrada por el ministro y por algunos deslenguados de su partido en Canarias. En este aspecto, Soria dijo a los directivos de Asolan que el petróleo traerá muchos beneficios a las Islas en forma de recaudación fiscal (la última incorporación al argumentario gubernamental) y empleo (una decena de trabajadores en esta primera fase de prospecciones, según ha reconocido la petrolera beneficiada). Pero la magnífica crónica de Lancelot va algo más allá al recoger de boca de Francisco Martínez que el señor ministro les explicó “cómo será el proceso, que en octubre o noviembre empezarían los sondeos, pero que en caso de que Repsol encontrara algo, para extraerlo habría que empezar todo un procedimiento nuevo. Además, nos ha explicado que los riesgos que hay son bajísimos y que las probabilidades de que ocurriera algo son inferiores a las de los accidentes de avión”. Es de suponer que los empresarios se quedaron boquiabiertos con esta lamentable comparación y que exigieron de su interlocutor alguna aclaración adicional como, por ejemplo, qué tipo de escala ha aplicado para llegar a tan pintoresca conclusión: si es la probabilidad por número de vuelos, la probabilidad por número de viajeros o la probabilidad por compañía aérea, porque aplicándola solamente a Malasya Airlines, la resultante sería catastrófica.
Todo eso, de sport fino
Llama poderosamente la atención el discurso que emplea José Manuel Soria para explicar las prospecciones, impropio de un ministro e inmerecido para sus interlocutores, a los que se dirige como si fueran chinijos de parvulario. Es absolutamente inadmisible que un cargo público pueda asegurar a unos representantes empresariales que unas prospecciones petrolíferas, las que sean, “se harán bajo las máximas garantías de protección ambiental”, porque ninguna exigencia que pueda hacerse a una petrolera esquiva un accidente, bien por un error técnico o humano o bien por un acontecimiento natural, como pudiera ser en la zona en cuestión un movimiento sísmico de cierta intensidad. Y todo este discurso lo largó Su Excelencia vestido de sport fino, descripción suya de él acuñada cuando, siendo alcalde, comunicó al periodista José Oneto la vestimenta que debía lucir para acompañarle a una excusión marítima desde el Puerto de Mogán. Sí, como pueden ver en la fotografía, a la “reunión de trabajo” el señor ministro acudió ataviado con un pantalón blanco de guardiamarina y un polo color turquesa. Una indumentaria que destacaba notablemente frente a la más protocolaria que eligieron los empresarios, que dicho sea de paso bien harían la próxima vez en telefonearle para preguntarle si se ponen corbata o eligen unas prendas más acordes con el anfitrión.
Montelongo reconoce el rechazo social
Sin perder nunca la elegancia que ella tiene ni calzarse alpargatas casual, la presidenta del PP de Fuerteventura ha hecho una interesante aportación al debate petrolífero. La ha dejado escrita en su blog después de verter duras críticas contra José Miguel Pérez (PSOE) y el Gobierno que éste sustenta junto a Coalición Canaria, lo que no constituye noticia alguna. Lo novedoso del último pronunciamiento de la también secretaria segunda del Parlamento de Canarias es el reconocimiento de que existe “rechazo social al proyecto” de prospecciones en las islas, y su conclusión de que el Gobierno de Paulino Rivero “hubiera abandonado la causa si detrás de las pancartas sólo hubieran estado 200 personas”. Es una interesante confesión porque supone reconocer que el rechazo está fuertemente respaldado por la ciudadanía, lo que sin embargo no conduce al PP a un cambio de actitud. Lo más lejos que llega en lo que llama “autocrítica” es a reconocer que su partido ha cometido errores “a la hora de comunicar qué es y qué será”. Un recurso este de hacer descansar en un problema de comunicación lo que en realidad es un punto de partida erróneo. No se puede comunicar algo distinto a lo que existe, y lo que desde un principio existe en el PP de Canarias es un dogma de fe impuesto desde arriba según el cual las prospecciones había que hacerlas de cualquier modo. Podríamos relatar aquí todos los disparates que se han dicho en nombre de esa causa, pero la verdad es que empieza a resultar hasta cansino. En cualquier caso, es bueno conocer por boca de una dirigente popular el daño que provoca ir en contra de una postura ciudadana bastante arraigada.
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