Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Alegar, ¿para qué?

El presidente de Repsol, Antonio Brufau, visto desde el visor de una cámara. Elvira Urquijo / EFE

Ya se ha ido de vacaciones a Lanzarote el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, que salvo novedades que puntualmente les acercaremos, dará un respiro a los medios de comunicación y al sentido común. Antes de pirarse dejó algunas perlas de las que ya nos hemos hecho eco aquí, pero la propina han sido sus últimas declaraciones sobre las prospecciones petrolíferas. Además de anunciar al mundo que Paulino Rivero le ha mandado otra carta a Mariano Rajoy en la que vuelve a insistir en la conveniencia de que se suspendan los permisos hasta que se consulte a la ciudadanía o hasta que una resolución judicial deje a unos cuantos in puris naturalibus, el señor ministro ha dado por definitiva la autorización a su empresa de cabecera. Debería disimular un poquito y respetar los trámites administrativos que indican a las claras que ninguna resolución adquiere firmeza hasta que concluyen los plazos preceptivos. Y en estos momentos, según él mismo ha reconocido, está vivo el derecho de las partes personadas en el expediente de alegar lo que consideren oportuno para oponerse. Y la oposición de las instituciones canarias, que seguramente conoceremos en los próximos días, parecen ser lo suficientemente contundentes para que cualquier tribunal se tome la molestia de revisarlas en el más que probable caso de que sean rechazadas. A nadie debería sorprender a estas alturas que el presidente del PP canario se despache la legalidad vigente con ese tonito autoritario que le gusta emplear, pero debemos negarnos todos a dar por bueno ese comportamiento, porque con machadas así nos hemos tenido que tragar decenas de atropellos, como el de la Biblioteca Pública del Estado, por poner sólo uno de los ejemplos más recientes.

Decenas de puestos de trabajo

Al igual que Soria, y seguramente por indicación de éste, la compañía Repsol ha dado por buenos los permisos, pese a su evidente provisionalidad, y ya ha anunciado que empieza el traslado de sus enseres al Puerto de La Luz para instalar la base logística que deberá utilizarse para las prospecciones. No es bueno precipitarse, pero sí imaginarse lo que podría ocurrir en el hipotético caso de que esos permisos quedaran precisamente anulados por su extemporaneidad. ¿Generarán derechos al concesionario que pudiera reclamar ante el Estado? ¿Apechugaría Repsol con el riesgo que supone seguir haciendo caso a su ministro de jornada? A medida que se acerca la fatídica fecha del comienzo de los sondeos vamos descubriendo la verdad verdadera de los grandes beneficios que iba a reportar a Canarias este negociete. Fuentes de la compañía ya reconocen sinceramente que esta primera fase sólo podrá generar la creación de unas decenas de puestos de trabajo, cifra alejada de los 5.000 prometidos para el caso en que se encuentre petróleo o los 50.000 con los que algún que otro colega quiso pagar el viaje a Tarragona para ver las plataformas repsolianas allí en funcionamiento.

Son Latinos III se queda sin permiso

Otras alegaciones ande la autoridad competente tienen más éxito que las de las instituciones canarias contra las prospecciones de Repsol. Nos referimos a las que formuló la Asociación Tinerfeña para la Defensa de la Naturaleza (ATAN) contra la celebración el próximo día 30 del Festival Tenerife Sur de Músicas en la playa de Las Vistas (Arona). El promotor de la iniciativa, el empresario tinerfeño Leopoldo Mansito, que ya vio denegado el permiso en 2011, había anunciado hace un mes a través de un comunicado que contaba con todos los permisos de Costas y ya adelantaba un ecléctico cartel artístico con figuras como Youssuo N’Dour y Kool & The Gang con Las Kanarias o Ni un pelo de tonto… Pero era falso: para entonces sólo existía en la Demarcación de Costas de Canarias una solicitud sobre la que se abría un periodo de alegaciones que, como era de prever, aprovechó ATAN. Este veterano colectivo ecologista, vencedor de numerosas batallas en Tenerife, ya había conseguido en 2004 que se prohibiera el antecesor del Tenerife Sur de Músicas, el Son Latinos, por el grave deterioro generado en esa playa, contigua a una zona de especial protección ambiental. Esa prohibición le granjeó duras críticas y no solamente de la organización, sino también de la mayoría de los medios informativos tinerfeños, que le negaron el pan y la sal y lo convirtieron en un enemigo de los intereses de la isla. Finalmente las alegaciones de ATAN dieron sus frutos y, como ocurriera hace diez años, Costas ha vuelto a prohibir el uso de la playa para esta actividad (lo adelantó este sábado La Opinión), financiada con dinero de las administraciones públicas, desde el Gobierno regional hasta el Cabildo de Tenerife y los ayuntamientos de Arona y de Santa Cruz. Cabe recurso ante Costas, pero dados los antecedentes, son escasas las posibilidades de éxito. Veremos cómo arreglará Mansito el problema de los contratos con los artistas, que se supone que ya estarían firmados con la antelación debida.

Son Atlántico saca ventaja

Aquel fracaso de Son Latinos de 2004 generó, además de la pérdida del festival, una sonada ruptura en la productora que se encargaba del festival, formada por el mencionado Leopoldo Mansito y por el influyente Martín Rivero. Ambos continuaron su vida profesional por separado y con desiguales resultados. Mientras Mansito ha acumulado algunos éxitos y sonados fracasos, Rivero continúa adelante con sus proyectos de manera más regular. Los dos quisieron hacerse herederos del Son Latinos, cuyas cifras de público quitaban el hipo, y mientras Mansito sacaba de la chistera este fracasado Tenerife Sur de Músicas, Rivero conseguía presentar en el último Fitur su remedo en Arona, el Son Atlántico. Con un cartel artístico menos ambicioso (Efecto Pasillo, Fuel Fandango, Los Coquillos, Arístides Moreno…) y alejado de la zona de protección donde Costas prohíbe estas actividades, la empresa de Rivero mantiene intactos sus planes para el día 23, en Playa Honda, cerca de Playa de Las Américas. En ambos casos, los promotores presentaron sus iniciativas revestidas de una fuerte componente ambiental. Sólo parece haber fraguado la de Martín Rivero.

Mañaricúa llama ahora al diálogo

Primeros efectos tras el acuerdo del Consejo de Gobierno declarando su intención de proteger el Oasis de Maspalomas y rescatarlo para su uso público: el colectivo ecologista Ben Magec, que se ha posicionado siempre a favor de esos mismos objetivos, ha anunciado que recurrirá ante los tribunales el rechazo gubernamental al BIC promovido por el Cabildo. En su alegato público, el colectivo sostiene que se ha despreciado el trabajo de los técnicos y científicos que elaboraron la propuesta y que teme que el Gobierno prime los intereses privados contra los públicos. Es bueno, mejor, muy bueno, que haya un movimiento así vigilando los próximos pasos que den las administraciones porque hasta que no se consiga el propósito de salvar de las garras del hormigón ese enclave, la batalla no estará ganada. Del otro lado, del que siempre quiso que Riu arrasara el palmeral, nos encontramos con el presidente de la asociación de hoteleros, José María Mañaricúa, que en declaraciones a La Provincia ha apelado al diálogo entre empresas y la administración para “reordenar el oasis”. Resulta curioso cómo quien ha protegido siempre los intereses de la cadena mallorquina y se ha enrocado en justo lo contrario al diálogo, lo proponga ahora como necesario. No le quitamos razón, ni mucho menos, sólo que, con sus antecedentes, damos la razón a Ben Magec cuando barrunta juego de trileros en lugar de protección, conservación y recuperación pública del espacio. Nosotros, por si sirve de algo, también estaremos atentos a los próximos episodios. El 15 de octubre, las novedades.

De construyendo el amor de El Jaber

Uno de los peores concejales de Urbanismo de Las Palmas de Gran Canaria sigue en activo. Se llama Felipe Afonso El Javer y, aunque les parezca increíble, sigue cobrando un sueldo público. Es diputado regional del Partido Popular por la circunscripción de Gran Canaria. Su última aportación a la política de Estado ha sido preguntar al Gobierno por escrito lo siguiente: “¿Qué acciones está realizando el Gobierno para ”deconstruir el amor romántico“, desglosadas de la manera más detallada posible? ¿Qué presupuesto dedica el Gobierno a ”deconstruir el amor romántico“, desglosado de la manera más detallada posible?” La payasada de El Jaber viene a cuenta de la última algarada protagonizada en el Parlamento por su compañero Miguel Cabrera Pérez-Camacho, que se mofó de la directora del Instituto de la Mujer y de otras autoridades gubernamentales por su posición contra ese contrato social que amarra a las mujeres y que en todos los movimientos contra el machismo se denomina precisamente así, “deconstruir el amor romántico”. No debe saberlo el señor El Jaber, o al menos políticamente. Desconocemos si es rehén o captor de ese amor romántico, pero sí sabemos que él y su señora esposa la tienen armada en la comunidad de propietarios que habitan en la calle California, muy cerca de la playa de Las Canteras. Ella, que también ocupó cargo público cuando mandaba el PP, se ha hecho presidenta de la comunidad gracias a unas argucias electorales denunciadas por los vecinos, y hasta ha hecho instalar cámaras de seguridad enfocando a su plaza de aparcamiento, lo que también ha soliviantado al resto de comuneros. Sus influencias en el Ayuntamiento permiten al matrimonio que la Policía Local se persone en el edificio cada vez que lo solicitan, y han acosado tanto a una vecina que está incluso en tratamiento psicológico. La cosa ha llegado a denuncias penales, que resultaron archivadas, pero a ver cómo deconstruye la pareja el cabreo monumental que ha generado en el vecindario.

Sobre este blog

El blog de Carlos Sosa, director de Canarias Ahora

Etiquetas
stats